A la carga veteranos (III)

David G. Samaniego Torres

Con este título, A LA CARGA …, es mi última entrega. Gracias a los veteranos y gracias a quienes sin serlo se han preocupado por el tema. Tengo la certeza de que conforme pasan los días y se avecina agosto crece la convicción de que Ecuador en las próximas elecciones se juega el todo por el todo: o destierra para siempre a quienes buscan incrementar sus fortunas y engañar a sus seguidores  o se alinea con Venezuela, Cuba y Brasil. Es que el futuro de nuestro país es cada día más angustioso y lleno de perplejidades. Cuentan amigos venezolanos que cuando ellos vivían una desazón semejante a la que hoy vivimos los ecuatorianos, nunca pensaron ni imaginaron que un día su situación sería igual o peor que la de Cuba. Vivieron ellos, en esos días la felicidad de las palabras bonitas, las promesas de días mejores, el comienzo de un esperado paraíso terrenal, la llegada de la prosperidad y el imperio de la justicia en todas sus manifestaciones.

Todos sabemos qué es lo que pasa en Venezuela. Nuestras calles son testigo de jóvenes que piden una limosna o que simulan trabajar. Es una juventud que tuvo que huir de su patria en busca de una ayuda. La juventud venezolana tuvo fuerzas para escapar, los mayores allá están arrepentidos por aquello que no hicieron cuando aún tenían tiempo.

Ecuador ha entrado en el despeñadero que lleva a idénticos resultados de todos los regímenes que ensayaron gobiernos socialistas y comunistas, camuflados bajo nombres atractivos como en Ecuador, el de ´revolución ciudadana´. En las dos primeras décadas de este segundo milenio la cúspide de dicha revolución y sus secuaces llenaron la mente de muchos ecuatorianos sobre la bondad y necesidad de dicha revolución. Mientras se cumplía con esta consigna mediante una campaña insistente las arcas fiscales y los nuevos ingresos, sobre todo del petróleo, fueron a parar en cantidades, nunca vistas, a los bolsillos de quienes hoy se encuentran fuera del país disfrutando de bienes usurpados o dentro del Ecuador amparados en dictámenes de nuestra justicia, también en ese entonces, cómplice de este latrocinio nacional.

Este elenco de historias conocidas tiene una sola finalidad: frenar la apatía frente al devenir de la patria; reaccionar masivamente para evitar que luego de unos meses lamentemos no haber cumplido a tiempo con nuestras obligaciones. ¡A LA CARGA VETERANOS! (O)