“La pregunta del millón”

Hugo Lucero Luzuriaga

Los ofrecimientos de campaña de los candidatos a presidente del Ecuador fueron tan numerosos que el pueblo ya no les dio mayor importancia a sabiendas de los incumplimientos de políticos que se desenvuelven como politiqueros.  Se nos viene la segunda ronda electoral, al pueblo le hace falta casi todo, pero lo que más le preocupa es el cómo sobrevivir en medio de la desocupación, lo que genera la tan cacareada “pregunta del millón”: ¿CÓMO EL NUEVO GOBIERNO VA A CREAR MÁS EMPLEOS?

Un interrogante que es un rompecabezas para casi todas las economías del mundo, cuanto más para las pobres como la ecuatoriana, por ello, el pueblo quiere saber el ¿CÓMO?,en términos que lleguen a la población, que sean comprensibles y cumplibles, pues, a lo largo de nuestra historia los ofrecimientos de dar empleo se han manifestado en eslóganes en función únicamente de captar votos como: “pan, techo y empleo”, “jama, caleta y camello”, “seguridad, trabajo y bienestar”, y más, que han quedado en ofrecimientos para frustración de las mayorías, que ahora más que nunca no están para aceptar más engaños.

Comprendemos que es harto difícil explicar este “cómo”, sin embargo, deben los candidatos tratar, muy sinceramente, de llegar a la población explicando lo que se proponen, lo que se puede y se va a realizar, en función de dar empleo a la mayor cantidad posible de ciudadanos en un tiempo relativamente corto, sabiendo que pronto nos viene una nueva elección. Una pregunta, no de fácil respuesta para los sinceros, pero de fácil contestación y palabrería para aquellos que nos han engañado y seguirán engatusando a la población, que está hasta el hartazgo de políticos que pregonan soluciones dolosas casi inmediatas.

Candidatos: si es que no es factible cumplir con todas las expectativas sobre todo de los pobres, que son la mayoría, no ofrezcan imposibles y cuando lleguen a ofrecer empleo, explíquenos los alcances y el cómo, porque de otra manera, quedarán como unos más de tantos mitómanos que han pasado al lado oscuro de la historia. ¡Ojalá lean esta opinión los candidatos, pero sobre todo sus acólitos que sirven más para pasar la voz! (O)