Algo queda en claro    

Hugo Darquea López  

Queda en claro que el techo de la revolución ciudadana no llega al 36 % del electorado y que por tanto el 64 % lo rechaza, si bien los resultados para la Asamblea Nacional, establecen un cuadro contradictorio por la prevalencia de una minoría populista y la dudosa actuación del CNE que anula las elecciones realizadas en el exterior por las falencias del voto telemático. Tema en sí mismo cuestionable.

La democracia puede ser falsificada por quienes cumplen consignas espurias   

Ante esta realidad una vez más se advierte que el Ecuador requiere un cambio profundo que elimine la corrupción incrustada en las instituciones.

En el nivel de la administración de justicia la Corte Nacional ha retirado su confianza al presidente del Consejo de la Judicatura y pide a sus integrantes “dar un paso al costado”  

El CPCCS carece de credibilidad ciudadana y la Corte Constitucional pretende cogobernar.   

Estas son las falencias más lacerantes del modelo constitucional vigente desde el 2008.

En pocos meses tendremos un gobierno que tal como está el ambiente político se inclinará por la nueva generación y que tendrá una agenda a cumplir con problemas urgentes y prioritarios por su contenido, pero con una asamblea producto de elecciones viciadas y, de nefastas consecuencias, por la pervivencia del populismo.

En tal perspectiva, tema medular para el estado de derecho, se focaliza en la necesidad imperiosa de un remezón institucional para erradicar la corrupción y la narcopolítica todo lo cual exige un nuevo marco normativo que priorice la seguridad jurídica con instituciones republicanas honestas y eficaces.

Queda en claro que se requiere un nuevo modelo de sistema institucional que debe centrase en el apotegma “Estado fuerte para ciudadanos libres”

Recordemos que la única fuente legítima del poder radica en la voluntad ciudadana, en su honestidad se encuentra la fortaleza de la democracia. (O)