Debate presidencial

Los debates electorales, como eventos de campaña, guardan especial atención mediática y política en la víspera de la recta final de la jornada de elecciones.  En el caso ecuatoriano, a pesar de que el país no tenga una tradición en debates electorales, recientemente se ha generado mayor atención a este evento político, particularmente por los resultados que dejó en la primera vuelta y por el estancamiento en el que se encuentran ambas campañas.

En los debates, por lo general, se espera que los resultados cumplan los objetivos estratégicos propuestos por la campaña.  Si bien existe una temática y una estructura propuesta, al final del día será lo que cada comando de campaña haga, con lo generado del debate, que tenga real incidencia en el comportamiento del votante.  La preparación de las candidaturas apunta a encontrar el espacio que pueda movilizar la indecisión del elector que todavía espera escuchar propuestas o encontrar motivaciones para inclinarse hacia una opción.  

Atender este evento político es un acto de responsabilidad ciudadana, particularmente para quienes no han tomado todavía una decisión; sin embargo, es también importante lo que suceda luego del debate.  Una conversación sobre los argumentos, con posturas críticas, constructivas, y movilizadoras, enriquecen el ambiente sea este digital o tradicional.  El entorno más adecuado para la conversación política dependerá del tono utilizado y del encuadre propuesto, en buena medida esta será decisión de la ciudadanía.  Lo contrario terminará envolviendo al votante en un lamentable ambiente cargado de toxicidad que conduce a la desafección política y retarda aún más la decisión de la ciudadanía.  (O)