Equidad

Eduardo Sánchez Sánchez

Procede de la voz latina “aequitas” y en la antigua Roma designaba el trato justo entre individuos y encerraba un significado más amplio de justicia, conformidad, simetría y rectitud. Equidad es dar a todos lo que necesitan para tener éxito; no es dar a todos exactamente lo mismo. Por ello, Aristóteles define que una acción es justa y equitativa, sí se otorga a cada quien lo que le corresponde. Por ello, equidad implica tratar igual a los iguales y diferente a los desiguales en la proporción de esa desigualdad.

Nuestro País es tapizado de innumerables hechos que describen la ausencia de equidad, con una sociedad carente de futuro, desarrollo, educación, trabajo, alimentación, servicios básicos y entre ellos la provisión de agua potable, salud, vialidad, seguridad, etc. Se ha generado una turbulencia con el asunto del crimen organizado y el sicariato, ocasionando verdadero pánico en aquellas zonas consideradas “rojas”, en donde no se puede trabajar, abrir negocios, enviar a los niños a escuelas, roban los vehículos privados, asaltos, desaparición de niños, jóvenes y adultos, ocasionando verdaderos traumas, dolor y miseria.

La equidad, debería ser una actitud de los políticos, de los gobernantes, de las autoridades, de los jefes de familia, de la sociedad en general, respetando los derechos de los demás, que están junto a los míos y que no siempre actuamos con valores que hablen de disciplina. La Justicia, tan manoseada y la cadena de afecciones que golpean al maltratado, ofendido y agraviado.

La miseria presente en las esquinas de nuestras ciudades con familias enteras que huyeron en diáspora de más de 6 millones de habitantes de la inequidad socialista de Venezuela, otra hora rico país, que brindó trabajo a propios y extraños.

Apoyemos a nuestro Ecuador, a nuestra sociedad, a nuestras familias, para que, con la llegada del nuevo Presidente, haya un consenso que levante al caído país, en aras de elevar el nivel de los ecuatorianos con mayor desarrollo y equidad. Basta de mafias, oportunistas y corruptos que laceran nuestro futuro. (O)