La cruz es tan antigua como la humanidad y su simbología está presente universalmente. No es exclusivo de este planeta ni con circunscripción local menos ideológica. En la antigüedad, antes de la demarcación de los hemisferios Occidental u Oriental, cuando los caminantes hallaban 2 caminos que se cruzaban, sentían veneración y rendían culto como respeto a la Creación.
Es el simbolismo que está presente en todo lo existencial. Define al número de elementos concurrentes en la composición universal. Al círculo perfecto de creación y destrucción. Por desgracia los inventores del catolicismo, mal enterados y peor informados, cuando oficializaron la creación de aquella religión, tomaron la sagrada cruz como su signo y representación. Las demás religiones, ya existentes y las que aparecerían después, vieron en ella un distintivo a combatir, destruir y denigrar (obligaban a sus adeptos a escupirla, entre otras barbaridades). ¡Mueran los cristianos! o ¡Maten a los cruzados! fue y es una expresión de odio del mahometano fundamentalista hacia el jesucristianismo antiguo y actual sin considerar que un musulmán o cualquier practicante dedicado, sin importar su creencia, puede llegar a convertirse en un ser crístico cuando su consagración individual se dé, destino al que más tarde que temprano todos llegaremos. Los no practicantes de esta religión la ven con antipatía y aborrecimiento y la combaten ideológicamente y físicamente sobre todo en el Oriente.
Ostentar una cruz (en insignia, tatuaje o amuleto) no identifica a seguidores de Jesús, exhibe un apego a un proceso ineludible y tan antiguo como la existencia, signado para los humanos en el último ciclo de evolución y transformación espiritual. Fue un abuso que los seguidores del jesucristianismo católico, primero, y protestante después, tomaran como su insignia algo muy antiguo perteneciente a todo el mundo y a toda la humanidad (y por demás muchísimo más antiguo que Jesús) no a un sector religioso específico solamente. (O)
