Del "sueño americano" a la "pesadilla americana"

Lourdes (nombre ficticio por protección) dejó hace más de tres décadas Cuenca para viajar de forma irregular a los Estados Unidos (EE.UU.).

Por múltiples ocasiones trató de obtener la ciudadanía americana para legalizar su estadía sin tener suerte. Teme perder todo lo que ha conseguido en ese país si es detenida en una de las redadas que se realizan para la deportación masiva de migrantes una vez que asumió Donald Trump.

Llegó joven para trabajar en todo lo que sea posible con tal de apoyar a su familia. Transcurrió el tiempo, ya que tiene más de 60 años de edad. Sus fuerzas no son las mismas, y sigue laborando por unas pocas horas.

Del sueño a la pesadilla

Para ella, las última semana ha sido la más difícil que le ha tocado afrontar en Nueva Yersey. Camina por alrededor de 20 minutos desde su departamento hacia su trabajo con angustia de lo que pueda pasar en el trayecto.

Pide a Dios que no se encuentre con ningún agente de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU.) porque tienen la orden de arrestar a cualquier indocumentado.

Por si acaso la detienen, lleva entre sus pertenencias un papel con el número de celular de una hermana para llamarla, se entere de lo que le pasó y vea cómo le puede ayudar.

Espera que esto no suceda porque tiene una mascota (perro) que le acompaña desde hace más de 13 años. Su fiel compañero podría quedarse sin dueña si a ella la deportan.

El «sueño americano» se desvanece en las calles

Las calles de las ciudades más grandes no registran el mismo movimiento desde que asumió el presidente Donald Trump.

En centros comerciales y tiendas hay pocos latinos comprando los productos, y los parques que visitan los ecuatorianos están sin ellos por el miedo a las deportaciones.

Johanna (nombre ficticio), su esposo y dos niñas viven esto en la Florida. Esperan que no se trunque el trámite que llevan adelante para obtener la ciudadanía. La familia ingresó hace casi dos años de manera irregular para solicitar asilo político porque sus vidas estaban en peligro en el Ecuador.

El trámite les ha sido favorable por ahora debido a que su última hija es norteamericana. La menor nació justo después de unas horas que se entregaron a migración tras arriesgarse por la frontera.

La mujer teme que el actual presidente Trump opte por suspender o dar por terminado los asilos porque tendrían que regresar a Ecuador.

Desconoce que podría pasar con su última hija, aunque, muchos le recomiendan que realice lo más pronto un poder judicial para que otra persona con ciudadanía tenga la tutoría de su pequeña en caso de que algo pasara.

Prefieren salir poco pese a que cuentan con un permiso temporal para residir y trabajar en Norteamérica. Asimismo, lo hacen otras familias de compatriotas que aspiran que Trump cambia de medidas y se compadezca de los inmigrantes.

Emprendedores pierden la esperanza

Hay cuencanos que emprendieron en EE.UU. con sus propios negocios, les ha estado yendo bien, pero ahora sienten la mano dura del gobierno que pone en riesgo su tranquilidad. Ya no pueden salir a las calles, y, peor, cumplir con alguna actividad laboral por la incertidumbre de ser interceptados por los agentes de ICE.

Rodolfo (nombre ficticio) y su familia llegaron hace cuatro años con visa de turista para radicarse en Nueva Jersey. Inició como soldador, fue creciendo, y formó su propia empresa de mecánica industrial con lo que ha podido dar trabajo a otros compatriotas.

La situación ha cambiado con el inicio de las redadas. Tiene mucho miedo, por lo que ahora, prefiere mantenerse en perfil bajo hasta ver qué mismo sucede con el transcurso de los días.

La tensión que viven los migrantes, especialmente los cuencanos es grande porque tienen un gobierno en contra. Esto hace que el “sueño americano” se convierta en la “pesadilla americana”. (I)