Cuando Mayra González empezó a estudiar Educación Básica, las aspiraciones y las expectativas eran considerables. Una profesión encargada de formar a los niños en sus primeros años hacía pensar que el trabajo sería respondido acorde a lo que significa ser docente.
Sin embargo, después de terminar la carrera, a sus 26 años, Mayra llegó a un punto en el que, lo creído, lo pensado, eran solo idealizaciones, era todo lo contrario a lo imaginado.
Exceso de profesionales de educación, pocas vacantes en el sistema fiscal y una retribución salarial bajísima en la educación privada son parte de una larga lista a la que no solo tiene que enfrentarse Mayra.
También los jóvenes, los que ya llevan graduados un tiempo considerable y los que recién recibieron su título, deben hacerle frente a una realidad del Ecuador.
“Yo me gradué en el 2021. Pero en el 2022 no he podido ejercer mi profesión. Esto me ha obligado a buscar otras alternativas hasta ver si puedo trabajar como docente. El problema es que hay un exceso de educadores, y hay muy pocas vacantes”, dijo Mayra a diario El Mercurio.
Mayra supo que la sobredemanda de docentes era evidente cuando fue parte del último proceso para obtener la cualidad de apto y poder participar en los concursos de nombramiento del Ministerio de Educación.
Cuando se acercó a rendir las pruebas se encontró con una gran cantidad de gente, en la que constaban amigos y conocidos que ya se habían graduado en distintas universidades.
“Hay una gran cantidad de personas. Son demasiadas. Están los que recién se graduaron y están los profes que quieren salirse de las instituciones particulares porque les pagan muy poco. Tienen la esperanza de conseguir un puesto en la educación pública”, contó Fernando Flores.
Fernando es otro joven que se graduó como educador en la Universidad Nacional de Educación, y que, desde entonces, ha estado buscando una oportunidad para ejercer su profesión. Sin embargo, los trabajos han sido esporádicos, y de salarios bajos.
Ante esa falta de espacios, Fernando tuvo que dedicarse a vender artículos deportivos y vehículos. Entre esas idas y venidas como comerciante ha estado intentando obtener una oportunidad que le permita ser lo que estudió: un profesor.
Sin experiencia
Si para aquellos que esporádicamente han pasado por un aula desde que se graduaron es un proceso difícil, no se diga para los jóvenes que llevan poquísimo tiempo con su título de educadores.
La experiencia prima en el momento en el que una institución busca a un docente, pero, sin una oportunidad para trabajar, los jóvenes no tienen cómo justificar su capacidad para enseñar. Ni siquiera en los casos en los que aspirantes fueron buenos estudiantes y se convirtieron en docentes a través de una beca.
Ese es el caso de Lorena Tacuri, una joven de 23 años que se graduó hace un mes en la UNAE. Aun cuando fue una buena estudiante y obtuvo una beca para formarse, la situación es compleja.
“He dejado varias carpetas en instituciones, pero no llaman. Ahora mismo es difícil que te contraten porque estamos a mitad de año, y las escuelas ya están organizadas con sus profesores. Nos toca esperar hasta que comience un nuevo año”, dijo Lorena, quien ha tenido que trabajar en la tienda de sus padres hasta encontrar una vacante con su profesión.
Concurso para entrar al magisterio
Los jóvenes que tienen un título relacionado con la educación y que cuentan con la calidad de apto o elegible han retomado la esperanza de obtener un lugar en el sistema educativo público.
Ayer, en Ecuador, inició el registro, la postulación y la revisión del mérito en el concurso de méritos y oposición para docentes de educación básica.
Con ese proceso, cuyas inscripciones se receptarán hasta este 13 de marzo, aquellos profesionales de la educación que quieran trabajar como profesores de segundo a séptimo de básica tendrán la oportunidad de ingresar al magisterio nacional.
Aunque no se ha especificado cuántas vacantes se cubrirán con el concurso, en el Azuay, Cañar y Morona Santiago se entregarán, al menos, 1.000 nombramientos, según la coordinadora de la zona 6 del Ministerio de Educación, Joana Abad.
Ese número, para los jóvenes, es muy poco si se considera cuántas personas se han convertido en docentes en los últimos cinco años.
Por ejemplo, en la Universidad Nacional de Educación, que se encuentra en Azogues y que se encarga de formar profesores, desde su primera incorporación hasta este 2023 ha graduado a 4.284 jóvenes.
“Yo tengo un poco de zozobra porque creo que hay un excedente de profesionales y porque en la parte de los méritos yo no tengo experiencia. Va a ser difícil entrar para los que no hemos tenido una oportunidad”, dijo Mayra González.
Hasta entonces, hasta saber cuáles fueron los resultados del concurso de nombramiento, Mayra continuará con un trabajo que no se apega a esos cinco años que dio de su vida para ser profesora en Ecuador. (I)