El número de muertos en el tiroteo registrado anoche en una iglesia de los Testigos de Jehová sube ya a ocho, entre ellos el atacante, que según el semanario «Der Spiegel» era un miembro de esa comunidad religiosa.
El canal de televisión informativo NTV cita a fuentes policiales para establecer en ocho el número de víctimas, incluido el agresor, un hombre de entre 30 y 40 años, sin antecedentes conocidos como extremista y que abrió fuego con una pistola, según «Der Spiegel».
El ataque se produjo poco después de las 20.00 GMT, cuando el agresor entró en el edificio de tres plantas donde está ubicado el templo de esa comunidad y disparó contra los asistentes, que en esos momentos participaban en un oficio religioso.
Hay un número indeterminado de heridos, aún no concretado, mientras se espera que a las 11.00 GMT comparezcan ante los medios autoridades, policía y fiscalía de Hamburgo para dar más información.
El portavoz de la policía Holger Vehren avanzó ya anoche en declaraciones a NTV que partían de la base de que el agresor es una de las personas muertas.
Un testigo presencial, que captó con su teléfono móvil algunas imágenes desde su casa, explicó a ese canal que escuchó al menos 25 disparos tras entrar el hombre en el edificio y, ya unos minutos más tarde, un único tiro más.
«En el actual estado de la situación asumimos que fue uno el autor. Las medidas policiales en la zona se levantarán progresivamente. Las investigaciones continúan», informó la policía este viernes en Twitter.
La policía ha indicado además dónde se pueden subir fotos y vídeos de lo que ocurrió «sobre los acontecimientos relevantes» relacionados con el suceso para ayudar en la investigación.
Las fuerzas de seguridad recibieron avisos de un tiroteo pasadas las 21:00 hora local (20:00 GMT) y una patrulla policial que se encontraba en las proximidades del templo religioso, en el barrio de Groß Borstel, al sur del aeropuerto de la ciudad, acudió al lugar.
Inicialmente se informó de que uno o varios de los autores podrían haberse dado a la fuga, pero posteriormente se descartó esa posibilidad.
Varios vecinos dijeron que escucharon lo que identificaron como disparos y que estos sucedieron en al menos cuatro ocasiones. Contaron que vieron inmediatamente cómo los agentes policiales entraban en el local.
En torno a la medianoche la policía pidió a la población por redes sociales que se abstuviera de difundir «discusiones sobre los autores o el suceso» y comunicó que todavía no existen «informaciones seguras» sobre el motivo del tiroteo.
Fuerzas de la policía acordonaron la zona próxima al lugar y allí se enviaron fuerzas especiales, según medios locales, que indicaron que el despliegue afectó a los barrios de Groß Borstel, Alsterdorf y Eppendorf.
En torno a la medianoche se podía ver volando sobre el área próxima un helicóptero que vigilaba esa parte de la ciudad.
El edificio de tres plantas se encuentra en la calle Deelböge y medios locales informaron de que en el Salón del Reino los miembros de los Testigos de Jehová se reúnen dos veces a la semana.
El alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher, calificó de «horroroso» lo ocurrido en la ciudad y declaró que «las fuerzas de seguridad trabajan intensamente en la persecución de los autores y en la aclaración de lo sucedido».
Advertencia anónima sobre el atacante
Las autoridades alemanas habían recibido una advertencia anónima sobre el estado psiquiátrico del hombre que anoche mató a siete personas durante un oficio religioso en Hamburgo, según reconoció hoy el jefe de policía de esa ciudad del norte de Alemania, Martin Meyer.
El atacante, Philipp F., de 35 años y extestigo de Jehová, había obtenido el año pasado un permiso de armas como tirador deportivo que le permitió adquirir la pistola que usó en el ataque contra esa comunidad, anunciaron este viernes en una rueda de prensa conjunta las autoridades policiales y la fiscalía.
El tirador, que se quitó la vida cuando la policía penetró en el edificio, no disponía de antecedentes penales ni se habían presentado denuncias de ningún tipo contra él, pero Meyer explicó que un informante anónimo había alertado de que, debido a un trastorno psiquiátrico sin diagnosticar, no era un candidato adecuado para un permiso de armas.
Las autoridades realizaron las diligencias correspondientes pero de acuerdo con los resultados de la inspección que se llevó a cabo no se adoptaron más medidas y a F. no se le retiró el permiso de armas, señaló el responsable policial.
«Un soplo anónimo de alguien que manifiesta preocupación porque alguien pueda tener un trastorno psíquico no es una base sobre la puedan adoptarse medidas», remachó Meyer ante las preguntas de la prensa y argumentó que esa posibilidad llevaría a un clima de denuncia mutua entre la ciudadanía.
La relación entre el tirador y la comunidad de testigos de Jehová que atacó no ha sido todavía esclarecida por completo y las autoridades investigan si la abandonó por voluntad propia o si fue expulsado debido a algún tipo de disputa.
Sin embargo, Meyer recalcó que «no hay ningún indicio de que miembros de la comunidad se sintieran amenazados».
Los hechos ocurrieron sobre las 21.00 horas locales, cuando F. abrió fuego primero contra una mujer que se hallaba en un vehículo del párking del edificio y después comenzó a disparar a través de la ventana del bajo donde los testigos de Jehová celebraban un oficio religioso.
Sin dejar de disparar, penetró en el interior, donde acabó con la vida de seis adultos y de un feto de siete meses de gestación, antes de que se viera interrumpido por la llegada de las fuerzas especiales de la policía.
Según los medios alemanes, el atacante era originario de Kempten (sur de Alemania) y en su página web ofrecía sus servicios como asesor en materias de diversa índole, desde empresariales a teológicas. EFE