Nunca se ha visto a una Asamblea Nacional (AN) hacer el ridículo de reunir 40 días a una Comisión Ocasional para entrevistar, solicitar información, revisar archivos y presentar un informe, finalmente aprobado por el Pleno con 104 votos, calificado por muchos como un mamotreto, y al fin no invocar los artículos correctos en la petición del juicio político al presidente Lasso. ¡Verdaderamente no hay causales!
En la AN hay abogados como ‘’baby” Torres cuyos disparos verbales tratan de convencer a los ecuatorianos que el serial de disparates escritos es simplemente “lapsus cálami” o error tipográfico. El desprestigio de la (AN) es tal, que solamente el 6% de los ecuatorianos les creen.
El correísmo tiene una estrategia clara, ha puesto a mujeres asambleístas sin ninguna experiencia al frente de estos casos, para que con su nivel bajísimo de formación jurídica y política la sociedad les “compadezca” y deje pasar todas las barbaridades habladas y escritas. Los ponentes para el juicio, si la petición pasa los filtros de la Corte Constitucional, todavía no están seguros, pero suenan los nombres de Mireya Pazmiño, a quien le tiemblan los labios cuando habla y Rodrigo Fajardo asambleísta de Azuay que no ha dicho “esta boca es mía” por la provincia que le permitió acceder a una curul, pero en estos días se muestra “gallito” para la pelea.
A la hora que escribo este artículo de opinión, el CAL no atinaba cómo arreglar el problema, lo cual dilatará su tratamiento hasta la próxima semana. Los pasillos de la AN se llenan de asesores, cabilderos, y supuestos especialistas en materia constitucional y penal. Son en las horas de la noche cuando se les “refresca” el pensamiento a quienes ya han manifestado de frente su afán de destituir al presidente Lasso.
Gracias a Saquicela, cuyo meta es ascender rápidamente en su carrera política antes de mayo 2023, todo es posible. El con su visión de “estadista” ha creado las comisiones ocasionales que la oposición correista, rebeldes y miembros de partidos políticos y empresas electorales que alcanzaron curules, han querido. Es agradecido con quienes, hurgando resquicios en la Ley orgánica de la función legislativa, hicieron los cambalaches para nombrarle presidente de la AN, y tener nueva mayoría en el CAL. Obsecuente a los intentos desestabilizadores contra Lasso, Saquicela es hoy el anti-héroe de la democracia ecuatoriana.
El Observatorio Ciudadano de Servicios Públicos recolectará firmas para la revocatoria del mandato de los asambleístas, cuya mayoría no ha hecha nada más que conspirar, dejando a un lado la fiscalización a entidades como el CNE, a la cual le pasaron por las galletas muchos goles en las elecciones pasadas. (O)