Melanie Agreda es uno de los tantos talentos azuayos que empiezan a brillar con luz propia pese a sus limitaciones económicas.
El pasado 19 de marzo la triatleta de 15 años obtuvo el segundo lugar en la Copa Regional de Desarrollo, en Cochabamba, Bolivia. Fue la menor entre 13 competidoras de cuatro países que largaron en la categoría Elite Damas.
Su viaje no hubiese sido posible sin el apoyo de “una persona muy especial” quien le pidió reservar su nombre.
“Me ayudó a comprar el boleto para salir del país, Me dijo que el pasaje costaba 400 dólares, pero si hacemos cuenta ida y vuelta la cantidad es mayor, entonces le agradezco de todo corazón”.
Su ingreso al triatlón fue “algo repentino”. Melanie quería aprender a nadar y su mamá Gabriela Agreda le inscribió en las clases que impartía el profesor Ángel Matute. A los tres días ya sabía defenderse bajo el agua.
Matute vio en ella condiciones y no tardó en hablar con su abuelita María del Cisne Herrera. Al poco tiempo empezó a entrenar triatlón con la profesora Cecilia Fárez.
Ya que salía muy tarde del entrenamiento y aún no cumplía 12 años, se retiró de la actividad. Después de algunos años, por casualidad, Lorena Peralta la vio jugar con la bicicleta en la calle y le dio el empujón que necesitaba para retornar a los entrenamientos con la dirección de Matute.
Soy agradecida con Dios, con la vida por las oportunidades que me da. También con mi familia, mis entrenadores, con las personas que me apoyan y están cerca de mí… No tengo un sueño exacto porque a veces hay muchas cosas que saben pasar, pero quiero llegar lo más alto que pueda. Sinceramente nunca imaginé llegar hasta donde he llegado.
Melanie entrena y compite con una bicicleta que le facilita la Federación Deportiva del Azuay. Su familia no tiene los recursos para comprar una acorde a sus necesidades. Incluso sus visitas al masajista se reducen sólo cuando está próxima a una competición.
Yo no me quejo. Soy de las personas que se conforma con lo que haya, porque no todo en la vida lo vas a obtener.
Su familia, su gran orgullo
Gabriela Agreda, oriunda de Lago Agrio, Nueva Loja, hace un gran esfuerzo para contener las lágrimas mientras expresa la gran alegría que le causa ver a su hija sobresalir en el deporte. Es madre soltera. Trabaja como secretaria en una Notaría. Hace poco se graduó de chofer profesional.
Estudiaba Derecho, pero se retiró por el factor económico. Dice que “si tuviera la oportunidad de volver, lo haría…” y si tuviera recursos no dudaría en apoyar a su hijo Juan (13 años) para que entrene natación, deporte con el que se identifica.
Melanie siente un gran orgullo por su madre y su abuelita María del Cisne Herrera, nativa de Gonzanamá, Loja. Ella trabaja en la limpieza de casas y cuida un invernadero. Cuando el tiempo le permitía, solía llevarle a la escuela y al entrenamiento. En la actualidad sabe desenvolverse sola.
El triatlón copa su tiempo
Estudia en el Primero de Bachillerato de la Unidad Educativa Dolores J. Torres. En sus tiempos libres aprovecha para hacer los deberes. Entrena desde las 15:30 hasta las 20:00. Los fines de semana lo hace desde las 06:00 hasta las 12:00.
A la par del deporte tiene muy claro en lo que quiere dedicarse a futuro. “Quiero ser militar, pero si no lo consigo por la estatura (1.53m), me inclinaría por alguna rama del deporte, podría ser fisioterapeuta o profesora de Cultura Física”.
Mientras se esfuerza días tras días por cumplir sus objetivos, y a espera de contar con el apoyo de alguna empresa pública o privada, resalta el trabajo de sus compañeros de entrenamiento Matías Bravo y Andy Barros. Los dos la motivan a seguir adelante y confiar cada vez en sus capacidades.
Reconocimiento de la FDA
La Federación Deportiva del Azuay rindió ayer un homenaje a cuatro triatletas por su destacada participación internacional. Andy Barros fue medalla de oro en la Copa Panamericana Juvenil de Venezuela y en la Copa Regional de Desarrollo, en Cochabamba, Bolivia.
En este último certamen también desatacaron en la Élite, Melanie Agreda, medalla de plata; en la Prejuvenil, Dilan Grand y Joaquín Narváez, medalla de plata y bronce, respectivamente.