Muchas empresas desconocen cuál es su valor, un indicador valiosísimo (pero subestimado) para conocer su salud financiera real y prevenir posibles problemas. Generalmente, acuden a una valoración para procesos de venta, sin embargo, este instrumento es fundamental para el manejo financiero permanente del negocio, ya que permite medir si está ganando o perdiendo valor año a año, aportando a la toma de decisiones de manera oportuna y acertada.
Con el objetivo de visibilizar la importancia de esta herramienta y contribuir a una mejor cultura financiera empresarial en Ecuador, Galo Aguirre Fabara, director general de AAA-Finanzas Corporativas, explica las principales razones por las que las empresas deberían conocer su valor.
¿A qué se refiere el valor de una empresa?
- ● “Se trata de un valor económico establecido mediante un rango (una base y un techo), es decir, de USD 10 millones a USD 11 millones, por ejemplo. Además, es importante entender que no se trata de una cifra estática, ya que las empresas están en constante cambio, lo que significa que la valoración puede variar de un período a otro. De manera ideal, se debería valorar al menos una vez al año, para analizar la evolución del valor interanual y determinar si se ha ganado o ha perdido valor en ese período de tiempo”, explica el ejecutivo de AAA-Finanzas Corporativas.
- ● Este valor se obtiene a partir del flujo de caja libre de la empresa, es decir, lo que queda neto luego de las utilidades, el pago de impuestos, la compra de activos fijos y la ganancia o la pérdida producto de las variaciones del capital de trabajo de la empresa, proyectado a 5 años y traído al presente a una tasa de descuento adaptada al país y a la industria en estudio.
- ● Se calcula con base a algunas variables, tanto internas como externas, por ejemplo: desarrollo del mercado en los últimos años, presupuestos, variables clave de operación, principales competidores, condiciones particulares del segmento de mercado, previsiones macroeconómicas, posibles amenazas y/o oportunidades futuras para la empresa y el entorno donde se desarrolla, plan de desarrollo e inversiones futuras, entre muchas otras.
Principales razones para valorar una empresa:
Esta es la razón principal, puesto que si la empresa está generando valor es un buen indicador de que existe un desempeño rentable, lo que además es una buena señal para que los socios inviertan más (en caso de ser necesario); si por el contrario, la empresa vale menos que el año anterior representa una alerta de que algo está mal, por tanto permite aplicar correctivos de manera de garantizar la generación de valor año a año.
Ayuda a determinar el valor real de la empresa de manera técnica. En muchas ocasiones, los accionistas o propietarios de una compañía piensan que su negocio vale más de lo que realmente vale (criterio subjetivo), por lo que, contar con una valoración objetiva les permitirá tomar decisiones acertadas a tiempo, por ejemplo, posponer la venta y mejorar los indicadores para elevar el valor.
Cuando las empresas están en franco crecimiento es posible que necesiten más capital, en este caso lo natural es acudir a las instituciones financieras en búsqueda de financiamiento, pero si las líneas de crédito se encuentran a tope, los accionistas originales deben poner más dinero o abrir el paquete accionarial para traer nuevos socios a la empresa. La valoración es fundamental en estos casos para entender cuál será el grado de participación de un tercero.
Conocer el valor de la empresa, permite determinar el nivel de participación de los herederos de un negocio.
Ayuda a definir el precio por acción al que se va a cotizar una empresa.
Es recomendable que se realicen valoraciones periódicas, pues es el único elemento que puede servir de termómetro para confirmar que las decisiones están generando efecto en la condición global de la empresa. Es decir, que la empresa gane valor año a año.
Cabe destacar que, para valorar una empresa se necesita un modelo financiero, sin esta herramienta es imposible determinar cuál es el flujo de caja libre y un error común es valorar las empresas tomando como referencia los resultados anuales (PyG) futuros de la empresa y esos valores traerlos a valor presente a una tasa de descuento.