Cada 22 de abril, la Organización de Naciones Unidas ONU, estableció el Día Mundial de la Tierra, esta fecha se instituyó cuando en Estados Unidos la gente salió a las calles para protestar contra el derrame de petróleo y la contaminación. La madre tierra nos reclama a diario que actuemos a favor de ella, nos muestra su dolor y nos pide que ya dejemos de contaminar y de abusar. Los océanos se llenan de plásticos, los eventos climáticos ocurren todos los días, las inundaciones, las sequías, las altas temperaturas, los incendios y los maremotos no dejan de asombrarnos.
Solo para poner un ejemplo, la ola de calor en Argentina el 7 de diciembre subió a 46 grados, en Uruguay la temperatura llegó a los 44 grados. Los incendios en la amazonía brasileña llegaron a niveles entre los más altos de la última década, los incendios en Argentina y Paraguay fueron aterradores; Buenos Aires registró una de las más prolongadas sequías. En el Ecuador las lluvias inundaron varias ciudades y los deslaves afectaron en múltiples lugares. La pandemia sanitaria afectó a todo el mundo.
El cambio climático provocado por el hombre en la naturaleza, así como los efectos que perturban a la biodiversidad como la deforestación, el cambio del uso del suelo, la ganadería intensiva, aceleran la destrucción del planeta. Los ecosistemas sustentan la forma de vida de la Tierra, pero los estamos alterando, pero no solo a la corteza terrestre, el hombre está alterando a todo el planeta; la extracción de hidrocarburos provoca terremotos como el caso de Turquía. El interior del planeta se ve también afectado por las actividades humanas, así como también el océano. En el Ecuador no ha existido ninguna protección a favor de la madre tierra. (O)