Varias investigaciones desarrolladas sobre las mujeres en política, han demostrado con frecuencia el rol secundario y poco visible que cumplen en la segunda magistratura, es decir, la vice alcaldía, vice prefectura, el vice ministerio, la vice presidencia. No existe predisposición del político que ocupa la primera magistratura de trabajar en equipo reconociendo los talentos, la capacidad y los méritos de estas lideresas y se tiende a invisibilizar su trabajo.
No se les asigna los recursos adecuados para ejercer el cargo, por ejemplo, el personal o la logística necesaria para que cumpla con la labor para la que fue electa en las urnas. El pretexto, la falta de norma clara en la ley que determine o incluso enumere las labores que le corresponde.
Lo usual es delegarle actividades de menor importancia, o aquellas donde no tenga libertad de tomar decisiones, o simplemente optan por no delegarles nada. La afirmación de que las mujeres en la política están de adorno es un estereotipo y una generalización injusta que no tiene base legal ni legítima. Esta frase se utiliza para menospreciar el papel y la capacidad de las mujeres en la política, sugiriendo que su presencia es meramente simbólica y nada influyente en las decisiones.
Este 14 de mayo, cuando se posesionen las nuevas autoridades de los Gobiernos Autónomos Descentralizados estaremos pendientes de reconocer y valorar el papel de las mujeres en estos espacios y vamos a promover una representación mayor en cantidad y calidad. (O)