Chola Cuencana, un sector que sobrevive

La vida de barrio en la Chola Cuencana casi se ha extinguido. Hoy se ha convertido en un punto de comercio y de alojamiento para visitantes. Pero también es un ‘lunar’ por los problemas latentes de inseguridad.

Y, pese a ello, hay dueños de negocios que están firmes y dispuestos a sostener su trabajo. Carmen Cambi es una de ellas. Ella administra el hotel Hurtado de Mendoza, aquella infraestructura que llama la atención por su puerta de vidrio, color azul.

Ya son 36 años de vida comercial durante los cuales ha recibido huéspedes de distintas latitudes. Pero también ha sido testigo de muchos cambios. Hoy hay siete locales de alojamiento, centros de venta de artesanías, de ropa, farmacias, locales de venta de electrodomésticos y de comida.

La mayoría “aguantó los embates del entorno”, contó Cambi, como la presencia de trabajadoras sexuales, algo que está trastocado sus esfuerzos por hacer de esta zona más productiva, detalló la administradora.

Con la presencia de las mujeres, también se han sumado aspectos negativos como el amedrentamiento a los propietarios de negocios por extorsionadores.

Tal ha sido la molestia que, la semana anterior, habitantes y comerciantes protagonizaron un plantón en el redondel con el que, incluso, se detuvo la circulación momentánea del tranvía. La principal petición fue de mayor seguridad y eliminar la presencia de las trabajadoras sexuales.

Otro de los hoteles afectados queda diagonal al Hurtado de Mendoza. Aquí se lamentan que los turistas que reservan, cancelan su estadía por el ambiente que existe en el sector.

Por ahora, junto con otros comerciantes, han tomado acciones como creación de chats comunitarios, colocación de cámaras de vigilancia y promoverán más marchas hasta que se les brinde soluciones.

Habitantes

El tiempo ha transcurrido casi inexorable ante la mirada de Eugenio Guerra, abogado de 59 años, que aún vive en el sector. Él vio cómo desaparecieron las costumbres de reunirse entre vecinos, de compartir una fiesta, hasta la construcción del paso deprimido y ver al tranvía ‘volando’ sobre los rieles.

Pero se ha tornado triste para quien ha sido testigo de todos estos cambios.

Entrar a su casa y, específicamente en su oficina, es transportarse a otros tiempos. El bullicio de los centenares de vehículos que circulan por la zona se apaga y la sensación de estar en un barrio surge.

Él comenta que todo ha cambiado. «No hay más de cuatro familias que residen en el sector», confesó. Según su criterio, esto se debe a que la gente se cansó de lo que ocurre en el entorno y ahora hay muchos negocios, hoteles y casas que albergan a personas que no conocen.

El abogado hace su vida y trabaja en este inmueble. Nunca se ha cambiado de vivienda y le ha tocado acoplarse a la forma de vida en la Chola Cuencana.

Así les ha tocado a los dueños de comercios más pequeños, muchos con temor de hablar por posibles represalias. Pero siguen y seguirán, porque este es su medio de sustento.

Propuesta

Para mejorar el ambiente en este sector céntrico de la ciudad, comerciantes y los pocos habitantes que quedan buscan convertir el parterre de la avenida Huayna Cápac en un espacio para demostraciones de cultura.

Es un sueño que, de cristalizarse, le cambiaría la cara a la zona que es el ingreso al Centro Histórico de Cuenca. (FCS)-(I)

Monumento a la Chola Cuencana

El día que los propietarios de negocios y habitantes del sector protestaron por la inseguridad vistieron de luto al monumento a la Chola Cuencana. Colocado de espaldas a la escultura de Hurtado de Mendoza, es el ícono del sector. Hoy luce descuidado. Parte de la infraestructura está destruida y han caído pedazos a la pileta. Ambas estatuas datan de 1957 y fueron creadas por el escultor español Fausto Culebras y, en el caso específico de la Chola Cuencana, la concluyó el escultor cuencano Luis Quinde. Tiene una altura de 1.70 metros. (I)

DATO

– Según los vecinos, hay sitios que permiten el alojamiento momentáneo y otros se han convertido en moteles de paso.

– Este sector de la ciudad colinda con la Terminal Terrestre y con los barrios Nueve de Octubre y El Vecino.

– Vecinos denuncian otros hechos de violencia como riñas, agresiones, robos y microtráfico en las calles del sector.

Habitantes del sector protagonizaron un plantón la semana anterior para pedir mayor seguridad.

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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