Autoridades brasileñas, líderes indígenas y movimientos ecologistas participaron este 16 de mayo de 2023 en una reunión preparatoria de la Cumbre de países amazónicos que Brasil acogerá en agosto próximo, con el propósito de «salvar» al mayor pulmón vegetal del planeta.
La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, encabezó la reunión junto a otros miembros del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y sostuvo que la Cumbre de los días 8 y 9 de agosto, que se celebrará en la ciudad brasileña de Belém, deberá «rescatar» los principios contenidos en el Tratado de Cooperación Amazónica de 1978.
De ese acuerdo, firmado por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, nació en 1995 a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), cuya última cumbre fue realizada en 2009.
La OTCA ha mantenido desde entonces su trabajo de coordinación de políticas desde su sede en Brasilia, pero también ha sufrido las diferencias políticas surgidas en la región, que ahora se pretenden superar en la Cumbre de este año.
Según Silva, «la cumbre deberá ser una referencia y darle un nuevo sentido de cooperación a la OTCA, un paraguas que permite discutir otros acuerdos específicos» para proteger ese bioma e impedir que «la destrucción de la selva supere el 20 %«, que identificó como «punto de no retorno».
La ministra aseguró que, a diferencia de 1978, cuando se firmó el tratado amazónico, el mundo ha creado una «nueva conciencia» sobre la necesidad de proteger el planeta, lo cual ha dado lugar a «un período muy rico y de oportunidades» que no pueden desperdiciarse.
Señaló que la Amazonía atesora el 86 % del agua dulce que existe en el planeta, pero al mismo tiempo es emisora de casi el 10 % de los gases contaminantes, lo cual atribuyó sobre todo a las altas tasas de desforestación y destrucción de las selvas.
«La Cumbre será la oportunidad de darle valor a un tratado que tiene legitimidad histórica», pero «credibilidad simbólica», dijo la ministra, una de las más reconocidas ecologistas globales.
El ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Silva, destacó que la agenda medioambiental es uno de los puntales de la política impuesta por Lula tanto en lo interno como en lo externo y subrayó que apunta también a «incluir a nuevos actores», como los pueblos indígenas.
«No existe Brasil sin la Amazonía y no existe la Amazonía sin un Brasil presente y responsable» y «sin indígenas», dijo el canciller.
Según Vieira, la convocatoria de la reunión presidencial nació de «la necesidad de que los países de la región discutan, de una forma soberana, la promoción del desarrollo sustentable, con inclusión social y responsabilidad climática».
En la reunión también participó el viceministro de los Pueblos Indígenas, Eloy Terena, quien citó datos de las Naciones Unidas, según los cuales los pueblos indígenas representan «el 5 % de la población mundial y preservan más del 80 % de la biodiversidad que existe en el planeta«.
Según Terena, uno de los puntos centrales de la Cumbre deberá ser discutir la preservación de las selvas, pero también de los pueblos originarios, que «con sus derechos garantizados podrán contribuir más y mejor con la salvación de la Amazonía«. EFE