La muerte cruzada es un ejercicio totalmente novedoso, parece un experimento social, nadie mismo sabe cómo se juega. Pero es indudable que con el cuento de que es excepcional, es posible que también se pasen por alto varias reglas del juego.
Atimain planteó que al ser un proceso fuera de lo común y urgente, el principio de paridad no se va a aplicar ahora, sin embargo, se va a respetar el 25% de participación joven. Para mí, esta interpretación de lo que es posible o no en estas elecciones es totalmente arbitraria, y atenta contra un derecho por el que se trabajó años.
Dos de los posibles candidatos presidenciales tiene un perfil que incluye hasta denuncias de violencia intrafamiliar y pensión de alimentos, ¿acaso la prohibición de que un candidato tenga denuncias de este tipo, también se va a irrespetar, a nombre de la emergencia?
En este país de nadie todo se puede esperar, porque a la final los derechos también parecen de libre interpretación.
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