“La fiesta más dulce del mundo”, como se dice en la jerga cuencana, está a la vuelta de la esquina. Y es que una nueva edición del Corpus Christi de Cuenca ya se avecina con la llegada de junio, la mitad del año.
Los priostes, la Arquidiócesis de Cuenca y los comerciantes de los dulces tradicionales y no tan tradicionales se están alistando para la fiesta religiosa, cultural y única por su forma de realizarse en el centro histórico de la Santa Ana de los Cuatro Ríos.
Por un lado, la Curia prepara las eucaristías que cada día se realizarán en la Catedral Nueva de Cuenca. La primera en desarrollarse será este cuatro de junio, en la que se bendecirán los dulces del Corpus. La misa estará a cargo de Monseñor Marcos Pérez.
Mientras que el 8 de junio se dará inicio al septenario. Ese día, a las 19:00, los feligreses se reunirán en la iglesia de San Sebastián para luego caminar por las calles del centro histórico.
Monseñor comentó que los participantes de la caminata llevarán antorchas para celebrar el primer día del Corpus Christi. Una vez que termine la procesión habrá una misa que será presidida por monseñor Andrés Carrascosa.
Luego de ella se quemará el primer castillo y lanzarán los primeros cohetes entre los cientos de participantes que se espera en el día uno de la fiesta religiosa.
“Desde ahora ya les invitamos a que celebremos con mucho fervor esta fiesta. Ya no hay pandemia, ya no hay restricciones. Podemos venir como antes a la Catedral”, dijo monseñor Pérez.
Comerciantes preparan los dulces
Mientras se ultiman los encuentros religiosos, de su lado, los comerciantes de los dulces del Corpus se están preparando para la semana mayor, en donde la venta de las golosinas de antaño, y que perduran hasta la fecha, aumenta.
Por ejemplo, Mayra Íñiguez y Diego Campoverde, fundadores de San Blas Corpus, en estos días suelen tener muchos más visitantes, a pesar de que todo el año venden los dulces.
Ello se debe a que los cuencanos, los visitantes y los migrantes aprovechan del septenario para excederse un poquito cuando se trata de comer las rosquillas, los quesitos, las cocadas o las galletas.
“Esta semana nos estamos preparando para ofrecer dulces frescos. No nos anticipamos para ofrecer frescura. También ya empezamos a recibir pedidos de toda la variedad de dulces”, dijo Íñiguez a diario El Mercurio.
Por otra parte, los comerciantes volverán a ocupar los alrededores del Parque Calderón y de la Catedral Nueva para vender los dulces.
Aunque todavía la Dirección de Áreas Históricas del Municipio de Cuenca no ha compartido el número de los vendedores de dulces que estarán este año, se prevé que, como en el 2022, por lo menos haya unas cuarenta personas en cada uno de las carpas. (I)