Pese al pobre papel que jugaron la mayoría de ellos, 61 de los asambleístas cesados el pasado 16 de mayo se postularon para las elecciones anticipadas.
Aunque el último período de la Asamblea Nacional ha sido criticado, por haberse centrado en la oposición al Gobierno antes que en cumplir sus funciones, y pese a que muchos de los exlegisladores apoyaron la aplicación de la muerte cruzada, ahora, 61 de los 137 exlegisladores pugnan por volver al Legislativo, lo que equivale al 45% de la Asamblea cesada.
En las listas de candidatos a asambleístas nacionales se destacan, entre quienes quieren volver al Legislativo, Bruno Segovia, quien ahora será auspiciado por la Alianza Claro que Podemos, que apoya la candidatura presidencial de Yaku Pérez. En el 2021 llegó a la Asamblea de la mano de Pachakutik.
Por la Revolución Ciudadana encabeza la lista una de las legisladoras cesadas, Pierina Correa; también pretenden retornar a la Asamblea José Agualsaca, Paola Cabezas y Ricardo Ulcuango.
Contando las listas nacionales y provinciales, 41 de los 47 asambleístas que tenía el correísmo pugnan por recuperar sus curules, entre ellos se encuentra Marcela Holguín, quien solo 10 días antes de ser cesada fue reelegida como primera vicepresidenta de la Asamblea; y Viviana Veloz, quien fue la ponente del juicio político contra el presidente Guillermo Lasso.
En el Partido Social Cristiano (PSC) también existen exlegisladores que buscan volver, están Esteban Torres, Marjorie Chávez, Dayana Passalaigue y Nathalie Viteri. Mientras que Luis Almeida, que era parte de esta organización política, postulará por Centro Democrático.
Pachakutik, partido que en el 2021 llegó con 27 asambleístas, el número más grande de su historia, en esta ocasión no participará en la contienda electoral, debido a pugnas internas que obstaculizaron la inscripción de candidaturas. Isabela Enríquez y Sofía Sánchez, que hasta el cese de la Asamblea integraron esta bancada, se postularon por otras organizaciones políticas.
El destino de Yeseña Guamaní, Marlon Cadena, Ramiro Narváez y Lucía Plascencia, de las filas de la Izquierda Democrática, es todavía incierto, pues, aunque se registraron para intentar retornar a la Asamblea por esta organización política, lo hicieron sin el aval del actual presidente del partido, por lo que se desconoce si serán calificados.
Sin apoyo de la ciudadanía
Según el informe presentado por la encuestadora Click Report el pasado 20 de marzo, la Asamblea Nacional tenía un nivel de confianza y credibilidad del 9%, mientras que el 25 de mayo la empresa reportó que el 73% de los ecuatorianos estaba de acuerdo con la muerte cruzada y con el presidente Guillermo Lasso haya cesado al poder Legislativo.
La ciudadanía critica ante todo el tiempo exagerado que las bancadas emplearon en atacar al Gobierno y las pugnas internas que se evidenciaron, las que llevaron a 26 asambleístas a desafiliarse de sus organizaciones políticas y que llegó a su nivel más alto con la destitución de la presidenta del Legislativo, Guadalupe Llori.
También se critica la escasa producción de leyes, según el Observatorio Legislativo, de los 573 proyectos presentados en todo el periodo legislativo 2021- 2023, solo el 10% fueron aprobados por el pleno de la Asamblea Nacional en segundo debate, y apenas el 5% se publicaron como leyes.
Además, en este período también se hicieron públicos casos de cobros de diezmos, como la denuncia en contra del exlegislador Ecknner Recalde; el cese en funciones de Mariano Curicama, quien fue sentenciado de no acatar orden de autoridad competente por no pagar indemnizaciones a trabajadores cuando fue prefecto de Chimborazo; la denuncia por violencia intrafamiliar en contra de Rafael Lucero; y la acusación por violación contra Peter Calo.
También saltaron a la luz otros escándalos como el que protagonizó Rosa Cerda, quien en un discurso público invitó a los miembros de Pachakutik a que “si roban, roben bien”. Por esta situación fue sancionada con ocho días de suspensión en la Asamblea.
Transfuguismo político
Para Roger Celi, experto en temas legislativos, una de las cosas que más afecta a la democracia es el transfuguismo político, conocido como “camisetazo”, lo cual se vivió en la Asamblea cesada y ahora se evidencia en la inscripción de candidaturas.
“Este un fenómeno que debilita la confianza de la gente en el sistema político, también las organizaciones políticas se debilitan, porque son vistas como un vehículo para llegar al poder y no como una institución”, señaló el analista.
A Celi, uno de los casos que más le llama la atención es el de Bruno Segovia, que en el 2021 llegó con Pachakutik, organización política en la que duró menos de dos meses y se desafilió, ahora se postula por la alianza Claro que Podemos.
También está el caso de Luis Almeida, quien militó en el PSC antes de su cese en funciones y ahora es auspiciado por Centro Democrático, partido con una ideología totalmente opuesta a la de su anterior organización política.
Mientras, Virgilio Saquicela obtuvo su curul del 2021 con Democracia Sí, ya en el cargo se unió a la bancada del Gobierno, en cuya representación ocupó la vicepresidencia de la Asamblea, a la que dio la espalda al destituir a Guadalupe Llori y ser proclamado como presidente. Ahora busca volver a la Asamblea con el Partido Socialista, organización política que le ha impugnado su postulación.