A simple vista es inofensiva. Desde su nombre ya cautiva: “la Susanita”. Ni se diga por su forma: sus pétalos anaranjados atraen a más de uno. Por eso se ha vuelto común verla como planta ornamental.
Sin embargo, detrás de la belleza se esconde un grave problema. Lo que muchos no saben es que la Susanita es una planta que en países como Colombia ha sido declarada como exótica e invasora.
En Ecuador la realidad no es tan distinta. Basta con andar por las quebradas, por las orillas de los ríos, o por algún cerramiento abandonado para encontrarse con la Susanita, una planta que ya debería ser considerada como un peligro para otras especies.
“A la planta se la ve, principalmente, en áreas disturbadas. A las orillas de las carreteras, quebradas, ríos. El problema es que crece muy rápidamente y pueden asfixiar a otras plantas nativas”, explicó Danilo Minga, coordinador de la Escuela de Biología de la Universidad del Azuay.
Su capacidad para propagarse y crecer muy rápido hacen a la Susanita una planta que afecta a la flora nativa de las ciudades y de las zonas rurales. Y, aunque la planta no ha invadido a los bosques nativos, por lo menos en la zona sur del Ecuador, de suceder, llegaría a ser un grave problema para el país.
En el caso de Cuenca, la Susanita también está presente. Por ejemplo, en el Parque Paraíso, en las parroquias rurales y en las orillas del río Tomebamba la planta se está extendiendo desde hace algún tiempo.
Por esa razón, para Minga, si bien hay otras especies, como la Acacia melanoxylon, que deberían ser consideradas como muy peligrosas, lo que sí debería hacerse es informar a la ciudadanía que ya no la comercialicen y que ya no la siembren.
Consideraciones a tomar
Para el biólogo cuencano Gustavo Morejón, quien actualmente lidera el Sistema Nacional de Información de Biodiversidad, la población debe tomar algunas consideraciones para evitar la propagación de la Susanita.
En primera instancia, y quizá la más importante, es que las personas deben saber que, si se corta la Susanita, y se la deja un pedazo en el suelo, por ejemplo, va a volver a reproducirse de manera muy rápida.
Ante ello, aunque puede ser muy tedioso, debido a que el proceso para quitar la planta es manual, se deben recoger sus tallos, sus raíces; todo lo que se haya sacado en el retiro de la Susanita.
Por otra parte, Morejón explicó que, en segunda instancia, se debe ya regular la venta de la planta en los viveros, en los almacenes agrícolas, en todos los espacios que promuevan su uso.
Mientras tanto, agregó el biólogo, en el Ministerio del Ambiente se está hablando de crear un protocolo de control y erradicación de la Susanita. Hasta entonces, y sobre todo, las personas deben empezar a entender que la planta, por más vistosa que sea, puede acabar con la vida de la flora propia del Ecuador. (I)