La especulación

La especulación es otra forma de corrupción en el Ecuador. Este mal endémico no atañe únicamente a robarse los dineros públicos, también la de perjudicar a la población alterando precios de los alimentos sin mayor motivo, o escondiéndolos para aprovechar el tiempo de escases.

El sólo anuncio de la llegada del fenómeno climatológico de El Niño aviva la especulación y el acaparamiento del arroz, el principal producto en la mesa de la mayoría de ecuatorianos.

Los involucrados también aducen las consecuencias del fuerte invierno. Nadie lo niega, pero no justifica el alza desmesurada del precio de la gramínea; peor acapararla.

En apenas quince días el valor del quintal pasó de USD 35 a USD 70. La cadena de intermediación le encarece más. Pronto subirán los precios de almuerzos y meriendas, si no ya no lo están.

Contradictoriamente, el Ministerio de Agricultura no ve razones para el encarecimiento. Esto en teoría; pero en la práctica es evidente.

Ecuador requiere 60 mil toneladas al mes para el consumo. El Ministerio anunció la importación de arroz para controlar el precio, si bien existen más de 250 mil toneladas en plena cosecha y en cultivos, suficientes para abastecer hasta octubre próximo.

Mientras no haya transparencia entre arroceros y el gobierno, seguirá indetenible y sin control el alza del precio del quintal de arroz.

En Cuenca, en estos días, las heladas, características del clima, son otro de los pretextos para subir el precio de varios productos, en especial de verduras, hortalizas, frutas, tubérculos, y hasta de las plantas medicinales; igual de la carne de pollo. Pronto lo será, a lo mejor, el del pescado proveniente de la costa, echándole la culpa a El Niño.

Tiempos difíciles, aprovechados por esas otras formas de corrupción: especulación y acaparamiento. Jugar con el hambre y más necesidades populares es otro “deporte nacional”. Algo así como “comerse vivos” entre ecuatorianos.

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