Rosas

“La increíble historia de la isla de las Rosas” basada en la hazaña de Giorgio Rosa y la pequeña nación que fundó frente a las costas de Rimini en los famosos años sesenta, se exhibe en la plataforma de Netflix nos divierte, emociona y obliga a investigar sobre la vida de este personaje que, gracias a sus conocimientos de ingeniería, logró plasmar su sueño en realidad; si a la película complementamos con los documentales sobre su historia aseveramos que este visionario incomprendido marcó la diferencia entre la utopía, la realidad y las prácticas del poder y la burocracia que, al final, ganan.  “Lo pensé como una manifestación absoluta de libertad: creo en la libertad, en la posibilidad de todos de tomar decisiones propias” declaró en una entrevista en 2008 y así fue como creó una isla artificial de cuatrocientos metros cuadrados a 11.612 kilómetros de la costa, es decir, en aguas internacionales y la declara como la República Esperantista de la Isla de las Rosas, una micronación de la cual fue su presidente y en la que además de ejercer la libertad en todas sus manifestaciones, acuñó monedas, gozó de agua dulce y declaró su independencia, además de que en su bandera y sellos exhibía tres rosas rojas. Esta historia es revisitada ahora por Sibilia el director de la cinta y trae a la luz una hazaña genial e inspiradora. Recordamos también la canción de Massiel  “Rosas en el mar” que junto a Aute se convirtió en un himno político. Ahora sabemos por qué. (O)

DZM

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social con experiencia en coberturas periodísticas, elaboración de suplementos y materiales comunicacionales impresos. Fue directora de diario La Tarde y es editora.

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