Muy categórico y directo, no existe otro calificativo que pueda caracterizar de mejor manera al corte del gobierno nacional más que el de “nefasto”, pues si, tal y como se lee, y es que nos preguntamos si, ¿podría existir alguna otra forma de identificar a las políticas que se han adoptado desde el inicio del mandato?
Usualmente debemos procurar identificar los aspectos positivos de cualquier escenario que se analice, sin embargo, nos basta con dar un rápido recuento de los fracasos rotundos que he tenido que enfrentar el mandante y su forma de dirigir a un país. Partiendo desde la nula gobernabilidad nacional que reino en su trunco gobierno, pasando por los centros de salud desabastecidos, la precaria situación vial, por no llamarle aislamiento azuayo absoluto, el terror nacional en el cual vivimos como producto de la inseguridad nacional, o las quejas y reclamos permanentes provenientes de los diversos sectores como el de educación, agropecuario, o industrial.
Por último, los azuayos luego de soportar el retiro de los tanques de almacenamiento de gas de nuestra ciudad, tenemos que enfrentarnos al atropello que se pretende realizar con la firma de este famoso fideicomiso de manejo de fondos cobrados en las planillas eléctricas, mecanismo que evidencia a leguas las intenciones centralistas y abusivas de un gobernante que no tiene la más mínima idea de administrar un país. Podrán argumentar esta intención de decisión bajo cualquier enfoque, pero muy bien conocemos como el centralismo y el aparataje burocrático han sido ineficientes en su manejo y gestión. (O)