Seguridad, creación de empleo, educación, salud, democracia, sostenibilidad: estos son algunos de los temas que hoy deberán tratar los candidatos a la presidencia del Ecuador a través de un debate que se espera que sea así: una exposición coherente y argumentada de las propuestas de trabajo para el gobierno del siguiente año y medio.
Ello es, al menos, lo que aguarda la ciudadanía en medio de los duros momentos que vive el país, y que terminaron por exhibirse en su totalidad con el asesinato a Fernando Villavicencio, el pasado 9 de agosto.
Y es que, con lo que está pasando en el Ecuador, qué más se podría esperar de quienes dicen tener las soluciones a una serie de problemas abanderadas por la inseguridad que sienten los ecuatorianos desde hace, por lo menos tres años.
“En esencia, lo correcto, lo lógico y lo coherente sería que realmente los electores podamos recibir el fortalecimiento, la presentación, la argumentación, la viabilidad de las propuestas que se han sabido presentar en un momento dado”, opinó para El Mercurio Javier Alvarado, analista político.
Todo eso contrario a lo que ya se ha visto en los debates anteriores: exposición de ideas muy generales, acusaciones entre candidatos, y frases e imágenes que funcionan como cortina para tapar la falta de un plan que realmente pueda cumplirse.
Lo dicho basta con un ejemplo que se vio en el debate entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso el 21 de marzo de 2021, en el que surgió el “Andrés no mientas otra vez” y la exhibición del billete de veinte dólares. Mientras tanto, el país ya sufría los estragos de la pandemia y de la inseguridad.
Oportunidad para electores y candidatos
Sin embargo, siempre está el momento para reivindicarse y ese ha llegado hoy con el debate que iniciará a las 19:00, y será transmitido en cadena nacional.
Para la analista Manuela Cordero Salcedo, el debate es crucial, tanto para el elector como para los candidatos. En el caso de quienes sufragarán tienen la oportunidad de adentrarse a las propuestas de los que aspiran la presidencia de la república.
Mientras que, los candidatos cuentan con un espacio para ser claros, concisos y para visibilizarse entre aquellos que todavía no los han tomado en cuenta.
“Este debate, tal vez más que cualquier otro anterior, tiene el potencial de desempeñar un papel importante al permitirnos evaluar más a fondo a los aspirantes y sus propuestas en medio de un proceso electoral marcado por la violencia y la necesidad de respuestas a los grandes desafíos nacionales”, dijo Cordero a diario El Mercurio.
Sea como fuere, la decisión y la responsabilidad están entre los votantes, quienes tendrán la última palabra una vez que acudan el próximo 20 de agosto a las urnas para elegir el cambio que se ha venido pidiendo, y que no se ha visto más que muertes, inseguridad, desempleo y una migración bárbara. (AWM)-(I)