Naturaleza viva plasmada em concreto y metal. Así se miran las obras del artista cuencano Esteban Vásquez, más conocido como ‘Sambo19’, quien le debe a la naturaleza gran parte de su inspiración.
A más de pintar, ahora también se dedica a enseñar lo que sabe. El arte es una expresión inseparable de la cultura cuencana.
En calles, plazas, avenidas, parques, paredes, puertas y portales hay artistas que dejan su creativa huella.
La obra de Vázquez tiene una vinculación especial con espacios como los mercados, en donde ha desarrollado su más reciente trabajo que, además, se inspira en ambientes naturales como la Amazonía y, en los meses recientes, el Yasuní.
Con el proyecto ‘Espacios Olvidados’, ideado hace dos años, comenzó a intervenir en centros de abasto de la ciudad. Junto con otros artistas conformó ‘Zoostylecrew’, un grupo de creadores con afinidad al estilo artístico animal.
Gracias a la pintura, ha descubierto espacios que necesitan ser recuperados, que están en mal estado o les falta mantenimiento.
En esa búsqueda, decidió recuperar un cajón metálico de telefonía y cableado que estaba en mal estado en las inmediaciones del mercado 3 de Noviembre.
Por casualidad, un grupo de niños, hijos de vendedores del centro de abasto, se acercaron a él, comenzaron a conversar y a preguntarle sobre su oficio.
La naturalidad, espontaneidad y elocuencia con la que los niños se acercaron al artista, provocó reunirlos y contarles detalles de la intervención en los cajetines de cableado en la vía pública.
Asimismo, los menores aplicaron técnicas con pintura acrílica usando herramientas como el pincel y el aerógrafo.
Con ellos, indagó aquello que los niños ya sabían. De esta forma, observó sus avances y
después los guio hasta que logren expresarse por sí mismos.
Las semanas recientes aprovechó para compartir y plasmar con los niños algunos de los animales que habitan en el Yasuní.
El resultado quedó en cuadros de pequeño formato que los niños mostraron a sus familias.
Antecedente
Vásquez se mezcló con el arte urbano desde la infancia. En ese entonces le llamó la atención el dibujo. Con el paso del tiempo aprendió nuevas técnicas, pero se enamoró del resultado de usar aerosol.
Estudió Diseño Industrial en la Universidad del Azuay, con lo que goza de conocimiento en decoración de espacios. Esto también le ayudó a entender sobre pintura.
“Aprendí de personas que conocí mientras pintaba en la calle… Las técnicas las trabajo y las descubro con mi grupo de pintura”, reveló.
Su primer mural fue una bruja cubana en el Puente Roto, en 2018. Gracias al resultado de su obra, se abrieron oportunidades para colaborar con instituciones públicas, privadas y con locales independientes y proyectos de intervención urbana.
Ahora no solo enseña a niños, también a adultos y jóvenes. Dicta talleres en horarios adaptados al tiempo libre de los aprendices.
Sueño
Vázquez anhela encontrar un proyecto para la creación de un festival de arte urbano, aupado por autoridades de la ciudad. Esto como una forma de atraer al turismo nacional y extranjero.
“Mi sueño artístico es devolver lo que he aprendido, enseñar a las nuevas generaciones dejando ver al arte como la forma más efectiva de para expresar sentimientos”. (FCS)-(I)
Corredores de creatividad
Sobre la calle Mariscal La Mar, desde la intersección con la Estéves de Toral hasta la Convención del 45, hay evidencia del trabajo del artista local. Los que están en las inmediaciones del mercado 3 de Noviembre los elaboró con un grupo de niños.
Además, hay creaciones del artista en mercados como el 10 de Agosto, en donde plasmó detalles como las tradiciones locales y, sobre todo, a las protagonistas de este centro de abasto, como son las vendedoras.
También hay animales de campo, animales del compañía y productos agrícolas como el maíz. No obstante, la creatividad de ‘Sambo19’ ha trascendido y ahora es visible en otras ciudades del país. (I)