Mi vida médica transcurrió asistiendo a muchísimos congresos de la especialidad. Mundiales y Panamericanos fueron obligatorios para mí y mi colega guayaquileño de ancestros cuencanos, Fernando Silva Chacón, que es mi hermano y compadre después de viajar juntos por medio mundo. Hoy, cuando ustedes tengan esta lectura en sus manos, estaré a miles de metros de altura, entre nubes y éter, rumbo a Grecia al Congreso Mundial de Poesía. Ya no estaré convocado por la medicina y comprando equipos de última tecnología, muchos de ellos y luego de años, inservibles o sustituidos que son hoy momias históricas de mis vitrinas.
No. Claro que no. Hoy me mueven: palabra, espíritu, sensibilidad. Hoy es otra faceta de toda mi vida, que es lidiar con el amor, la vida, la muerte y envolverlo en mágicas estrofas que todo lo cambian a bello y eufónico. Saber distinguir que, para un dolor o una alegría, igual ayudan el roció, la luna, la ternura o el pasto verde o vertiente cristalina. Tan igual como fue en la medicina, soy grano de inmenso trigal de amigos inteligentes y valiosos, poetas de muchos rincones del mundo. Mucha alegría me dará saludar a María Eugenia Soberanis, presidenta y Paty Garza, secretaria general del congreso mundial, dos damas mexicanas que me hacen el inmenso bien de ser mis amigas personales. Llegaré ante ellas con un valioso e inmenso esfuerzo de dos décadas de búsqueda, redención, transcripción y compilación y que se constituye en recopilación poética llamada LIRICA MEDICA CUENCANA y que es lo escrito por médicos cuencanos, desde el primero, allá por el 1856 hasta hoy con los nuevos bardos. Todo este inmenso bagaje se recoge en 8 tomos de 550 hojas cada uno, es decir 4.400 hojas, donde brillan y brotan miles de poemas de decenas de colegas, muchos idos ya y cuando no, olvidados. Está por entrar en prensa luego de mi retorno y todo factible gracias a la Dirección General de Cultura Municipal y su presidente Fco Vascones G y al empeño de la Universidad Católica con su gran rector, Enrique Pozo Cabrera, que me patrocinan generosamente con su amplio criterio de la cultura, poesía y su rescate. EDUNICA la editorial universitaria católica y todo su personal dirigido por Ebingen Villavicencio, mi amigo entrañable, constituimos ya una familia que compartió horas de horas de trabajo y edición, alegremente. Voy a Grecia, donde el dios del arte y la poesía, Apolo, ceñirá con laureles tomados del árbol en que se convirtió su amada Dafne, las frentes de los poetas del mundo y también de mis colegas médicos cuencanos, cuya cosecha la recogí amorosamente y los llevo viajeros también, en mis manos y en mi alma. (O)