Las divorciadas

Ma. Isabel Cordero

Con indignación escucho a la candidata Abad hablar sobre los beneficios que el Estado brinda a las mujeres cuando nos divorciamos, que desechamos a nuestras parejas porque sabemos que el Estado nos resuelve la vida. Yo no sé de qué país está hablando la candidata Abad, pero definitivamente no es de ninguno en este planeta.

El divorcio, como la separación conyugal judicialmente autorizada, existe en el país hace apenas 65 años, y aun hoy en día hay complicaciones para que las mujeres puedan acceder a los bienes conyugales o se paguen pensiones alimenticias a sus hijos.

El discurso libertario de Abad proviene de una corriente conservadora, neoliberal y anti derechos; plantea que el Estado no tiene obligaciones con el pueblo, que derechos como la vida, la libertad y la propiedad nos llegan de la nada. Entonces, ¿cómo es que el derecho a la propiedad de medios de producción nos es negado a más del 85% de ecuatorianos?

Mucho cuidado con estos discursos sostenidos en palitos de fósforo; nada más irreal como creer que los derechos no son resultado de luchas sociales o que el Estado no es garante de estos. Nadie nace con el pan bajo el brazo, menos en este país. (O)

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