Tres investigadores en seguridad coinciden en que las propuestas en esta área, que tiene Daniel Noboa, nuevo presidente del Ecuador, son apropiadas y viables, no obstante, creen que deben estar sujetas a ajustes.
En la campaña electoral Noboa ofreció, por ejemplo, la implementación de un centro nacional de inteligencia, con personal especializado, para prevenir delitos con la ayuda de la tecnología.
Igualmente, se comprometió a que los puertos marítimos y algunos aeropuertos sean vigilados por las Fuerzas Armadas (FF.AA.) para combatir el ingreso y la salida de drogas.
Asimismo, planteó que recuperará el control de los centros de rehabilitación social, que ahora están en manos de grupos de delincuencia organizada y carteles de la droga.
En el plan de trabajo de Noboa también consta que capacitarán a las fuerzas de seguridad y a los operadores de justicia para que puedan enfrentar y prevenir delitos cibernéticos.
De igual forma figura que establecerá regulaciones para proteger los datos personales y complementará las iniciativas educativas con contenido sobre seguridad digital.
Inteligencia para combatir la inseguridad con tecnología
Para Rómulo Montalvo, coronel de la Policía Nacional en servicio pasivo y exdirector del Consejo de Seguridad Ciudadana (CSC), del Municipio de Cuenca, deben fortalecerse los servicios de inteligencia.
“Hay que actuar antes de que se den los hechos, porque si se actúa después solo nos queda detener a las personas y allí hay un rol muy importante de los operadores de justicia…”, expresó.
Acotó: “a los líderes de las bandas criminales, a los cabecillas, hay que apresarlos antes, y para eso creo que es viable hacer este gran centro de inteligencia para todo el sistema de seguridad…”.
Recomendó que todas las acciones en contra de delincuencia se hagan en forma coordinada entre la Policía Nacional, FF.AA., y los operadores de justicia, además de la rehabilitación social.
Montalvo considera que también es adecuado el plan de recompensas para obtener información de delincuentes, pero advirtió que puede generar información falsa, que complica la labor de la Policía Nacional.
Cree que se debe retornar la base de Manta, a cargo de los Estados Unidos (EE.UU.), pero además el apoyo logístico del país del norte para combatir el tráfico de sustancias ilegales.
Cárceles
Para Román Cobos, exoficial de las FF.AA., y asesor de empresas de seguridad, el planteamiento de Noboa de retomar el control de las cárceles es necesario y urgente.
Sugirió que las áreas donde están ubicados estos recintos carcelarios sean declaradas como zonas estratégicas de seguridad para que estén bajo responsabilidad de las FF.AA.
Asimismo, señaló que el Estado debe obligar a las empresas de telefonía móvil a que suspendan la cobertura en estos lugares para evitar que los reos tengan contacto hacia el exterior.
“Es necesario que también en las cárceles se implementen sistemas de escáner y contrainteligencia para detectar cualquier intento de ingresar cosas ilegales como armas y drogas…”, afirmó.
Hay que aprender sobre ciberseguridad: combatir la inseguridad con tecnología
Patricio Ayavaca, ingeniero en sistemas y perito en informática forense, considera que es adecuada la propuesta de Daniel Noboa, nuevo presidente del Ecuador, respecto a la ciberseguridad.
“Ecuador no está preparado para estas nuevas modalidades de delitos, los sistemas informáticos son débiles y pueden ser una gran puerta para grandes robos, estafas y extorsiones…”, indicó.
Igualmente, Ayavaca considera que las universidades deberían implementar especializaciones en seguridad informática, dado que es un área que aún no está desarrollada en investigación nacional y local.
A criterio de este profesional inclusive se requiere una reforma al Código Orgánico Integral Penal (COIP) para sancionar este tipo de delitos que se cometen en la web.
Detalles
En la campaña electoral Daniel Noboa ofreció fomentar las penas alternativas para los delitos no violentos.
Ecuador tiene 53 cárceles que cuentan con capacidad para albergar a un total de 30.000 presos.
En 2021 en Ecuador se dieron dos masacres en las cárceles, que dejaron 188 presos fallecidos.