Hemos elegido democráticamente a Daniel Noboa como el nuevo Presidente del Ecuador.
Es pronto para atisbar las características y el temple del nuevo gobernante -ya no del candidato-, con el transcurso de los días y semanas irá dando señales, siendo urgente la conformación de su Gabinete, pues el corto período de gobierno exige definiciones.
Es deseable que posea al menos dos virtudes que le permitirán ejercer su cargo con solvencia y honestidad: humildad para identificar sus limitaciones y debilidades, rodeándose de quienes tengan la experiencia y conocimientos que le falten; y, prudencia para ofrecer y ejecutar lo posible e inaplazable.
No está por demás apelar también a la valentía que necesita, para enfrentar los difíciles retos que tendrá en un país polarizado y azotado por el embate de las mafias y la corrupción.
No podrá hacerlo solo, necesita de la Asamblea que deberá sumarse al rescate del país, enterrando el hacha de guerra y las otras funciones haciendo su trabajocon pulcritud.(O)