La inesperada victoria electoral de Cristian Zamora como alcalde de Cuenca provino del área rural del cantón.
Según datos del Censo, cuyos resultados fueron difundidos hace poco, en esas áreas, a nivel nacional, la dotación de servicios básicos aún es escasa. En unos casos más; en otros menos. Sobre todo, de alcantarillado y agua potable.
Las diferentes administraciones municipales, justo es decirlo, pusieron en marcha los presupuestos participativos, asignando lo suyo a las parroquias rurales en función de varias consideraciones y la priorización de obras, si bien no siempre todas.
“Cuenca es urbana y rural…Estaba en segundo plano, pero ahora es posible trascender”, dijo el alcalde durante la sesión solemne del Concejo Cantonal para rendir homenaje a la ciudad por sus 203 años de independencia.
En ese contexto, las 21 parroquias rurales tendrán USD 9,3 millones para el próximo año. El del municipio, según las previsiones, será de USD 250.482.
De acuerdo al alcalde, el 40 % de la población cuencana está en el sector rural, “y por eso se la priorizará”. En tres de ellas se construirá igual número de hospitales.
Pero entre ellas hay abismales diferencias, y trato inclusive, si bien no tienen peso electoral. Chaucha, por ejemplo; igual Molleturo.
Parroquias cercanas a Cuenca, urbanísticamente se han unido a Cuenca. Como consecuencia, la movilidad es un problema acuciante. Muchas familias optan por dejar la ciudad e ir a vivir en la “periferia”, donde proliferan nuevas urbanizaciones. Esto genera la necesidad de más vías y dotación de servicios básicos.
A nivel rural, la migración es otro asunto grave. Siempre lo fue, incluso la interna, es decir la gente sale a la ciudad en busca de trabajo y, por lo general, aquí se queda.
El campo se queda vacío. La gente apenas sobrevive. La pobreza se extiende.
Todo cuanto se haga por las parroquias rurales es plausible, pero siempre resolviendo los problemas de fondo.
