De acuerdo con el Banco Central, las proyecciones de crecimiento económico para el 2023 en el país alcanzarán el 1.5% y el año que viene no superarán el 0,8%. Este panorama económico, demanda repensar el modelo de desarrollo y apostar por industrias y sectores que potencien y dinamicen la economía con la llegada de nuevas inversiones, como es el caso de la minería.
El nuevo presidente de la República ha mencionado, como parte de su plan de gobierno, la necesidad de incentivar la producción minera nacional a través de la regularización y control, así como la promoción de la inversión en el sector.
Si bien, son positivas las declaraciones del nuevo primer mandatario; la transformación y el desarrollo no serán posibles sólo con buenas intenciones. Es vital que el nuevo presidente tenga entre sus planes la revisión y proyección de apertura del catastro minero, así como también, otras acciones que le garanticen estabilidad jurídica al sector, en específico reformas a diversas leyes como, minería, recursos hídricos y ambiente, que permitan un campo de acción claro a las empresas que operan en el país. Esas normas no sólo permitirán el desarrollo del sector, sino que además, pondrán un freno el embate de la minería ilegal o a posibles demandas al Estado por falta de seguridad jurídica. Sin claridad sobre estos factores, esta industria clave para el desarrollo económico del país continuará siendo bloqueada mediante consultas populares, o demandas de inconstitucionalidad como la del Decreto 754 que ha frenado importantes proyectos y reducido la inversión extranjera.
Durante los últimos cuatro años, la minería ha jugado un papel clave en el crecimiento económico del país, constituyéndose como el cuarto rubro de exportaciones nacionales y el tercero en envíos no petroleros después del camarón y el banano. Mantener y fortalecer este positivo desempeño depende de una agenda política clara, con enfoque técnico y alejada de extremismos ideológicos.
La buena voluntad de luchar contra la minería ilegal y regularizar la minería artesanal, manifestada en campaña por el hoy presidente no será suficiente si no se considera también el fortalecimiento institucional de las entidades de control como el Ministerio de Energía y Minas, y de Ambiente.
Necesitamos impulsar la industria que nos muestra resultados palpables en la economía, y para ello, como nación debemos otorgar todas las garantías. De acuerdo con la Cámara de Minería del Ecuador, entre 2018 y 2022 los ingresos de las exportaciones mineras se elevaron de USD 260 millones a USD 2.775, un aporte imprescindible para la economía, con lo cual es clave no desviar la mirada y continuar pensando que podemos relegar al sector y su normativa, cuando debemos cuidarlo y brindarle las facilidades para su óptimo desarrollo. (O)