El ser humano es la única especie viva en el planeta que ha perdido toda relación con el sentido natural de la vida. Es la única especie que ensucia el lugar donde come, vive, descansa, se reproduce; una especie perdida, sin norte, que cree que vivirá para siempre y que ahora envuelta en un ostracismo tecnológico es aún más arrogante e irracional, como aquellos que hechizados por el brillo ilusorio del oro continúan con la pretensión de hacer minería en nuestros cerros, que ya están sufriendo un gravísimo estrés hídrico luego de más de 90 días de ausencia de lluvia, como consecuencia del cambio climático y de actividades antrópicas ecocidas. Este sin sentido que atraviesa la humanidad llega a tal punto que en ciudades como la nuestra, con una de las “mejores aguas del mundo” y que se la puede tomar del grifo, sus habitantes llegan a comprar agua embotellada por un precio cien veces más alto que el costo del metro cúbico que cobra la administración pública por este servicio; pero, ¿será que el incremento al costo del metro cúbico, como se anuncia, cambiará nuestra relación con este elemento sustancial para la vida?, ¿será que esto logre estimular a las autoridades para enfrentar el centralismo y su criminal pretensión de hacer minería en nuestros páramos? ¿Por qué los gobiernos locales y las autoridades de la provincia no forman un frente común para defender de los intereses mineros a los cantones azuayos que están en serio peligro? (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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