Los premios nobel inspiran a los artistas de la luz en las calles de Estocolmo

Carmen Rodríguez

Los conocimientos y avances merecedores de un premio nobel son, en ocasiones, muy especializados y difíciles de entender, pero el arte puede inspirarse en ellos, interpretarlos y convertirlos en las obras que iluminan las largas noches de Estocolmo durante la semana en que se entregan esos galardones.

‘Las luces de la Semana Nobel’ es un festival para el que artistas, diseñadores y estudiantes, tanto suecos como internacionales, crean obras de arte luminosas, diecisiete en esta ocasión, que sorprenden al paseante por las calles.

La capital sueca ha recibido este año a los nuevos nobel, que recogerán su premio este domingo, con mucha nieve y temperaturas por debajo de diez grados bajo cero, pero la originalidad y belleza de muchas de las propuestas luminosas han hecho que los habitantes de Estocolmo se reúnan alrededor de ellas.

La propuesta más espectacular es ‘History of Light’ (La historia a la luz), que proyecta sobre la fachada del Ayuntamiento la interpretación de algunos de los premios nobel que se concedieron en 1923, año en el que se inauguró el edificio, en cuyo Salón Azul se celebra desde hace décadas, el banquete en honor a los laureados y el posterior baile en el Salón Dorado.

Las imágenes en movimiento de vivos colores acompasadas con música toman la fachada del Ayuntamiento que desde la isla Kungsholmen -unas de las catorce que forman la capital- se asoma al lago Malaren, dando a la noche un aspecto mágico.

El descubrimiento de la insulina, la invención de un método de microanálisis de sustancias orgánicas, los trabajos sobre la carga elemental de la electricidad y la poesía de William Butler Yeats son los premios que inspiran esta obra.

De la espectacularidad del ‘videomapping’ al intimismo de la propuesta «moonGarden», tres esferas hinchables que reproducen los juegos de sombras chinescas para adentrarse en los mundos literarios del escritor y dramaturgo noruego Jon Fosse, nobel de Literatura de este año.

Rodeadas por la nieve y el cercano rumor del agua, las esferas, de entre dos y siete metros de diámetro, se convierte en enormes telas de sombras chinas mientras cambian de color y desde su interior se ven proyectadas imágenes que forman un teatro de sombras.

La celebración de la estética a través de la ciencia es el hilo conductor de la ‘Magic Carpet’ (Alfombra mágica), un tapete de luz inmersivo e interactivo que responde a los movimientos del público, en el que las proyecciones cobran vida y se distorsionan bajo los pies de los paseantes.

A la puerta del Gran Hotel, donde se alojan los premios nobel durante su estancia en Estocolmo se puede admirar la instalación ‘Waves'(Ondas), una cortina de pequeñas luces que describe movimientos en forma de ondas.

La obra está relacionada con la investigación del nobel de Física 2021 Klaus Hasselmann y muestra un fenómeno ondulatorio a través de datos meteorológicos que se recogen en directo.

Un paseo nocturno por la ciudad que propone el reto de lograr la mejor fotografía de las obras, para lo que se ha convocado un concurso, y el fin de semana permite usar las localizaciones como pista de baile en una discoteca silenciosa, donde la música se oye a través de auriculares. (EFE) (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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