Luna Tobar: cien años del natalicio del arzobispo de Cuenca

Hoy se cumple un siglo del nacimiento del monseñor de Cuenca en medio de un simposio en el que se analiza su trabajo.

Luna Tobar
En la Universidad del Azuay, diferentes personajes analizaron la vida y la obra de Luna Tobar cuando estuvo en Cuenca.

Luna y la espiritualidad, Luna y la ciencia, Luna y los derechos humanos, Luna y la política. Hay tantos temas y caminos por los que anduvo Luis Luna Tobar que, hoy, cuando se cumplen cien años de su nacimiento, se necesitarían horas, días, meses para desplegarlos y explicarlos.

A pesar de la complejidad que ello puede suponer, la de analizar el recorrido de quien fue el arzobispo de Cuenca entre los años 1981 y 2000, un grupo de personas, coordinadas por Fernando Vega, organizó una campaña para compartir el legado de Luna Tobar.

Tras una serie de encuentros y actividades culturales realizadas desde mediados de año, hoy finaliza la campaña en la Universidad del Azuay, en donde, desde el 13 de diciembre, diferentes personajes se han volcado a tratar de mostrar lo que fue y lo que hizo el monseñor que hizo de Cuenca su casa.

“Monseñor tuvo muchos perfiles, y hemos tratado a Luna como ser humano, Luna y la cultura, Luna y la espiritualidad. Estamos en tiempos en que muy pronto olvidamos la historia, olvidamos a las personas que nos han precedido, que han generado cambios. Necesitamos recordar. Sin memoria no tenemos identidad”, dijo Fernando Vega a diario El Mercurio.

En el espacio que se armó en la Universidad del Azuay, distintos investigadores, académicos y religiosos se reunieron para compartir sus recuerdos y la filosofía con la que vivió Luna Tobar: ayudar al prójimo.

“Si preguntamos lo que era y para qué era Luna, pues estaba para el servicio del desarrollo del ser humano, su plenitud”, agregó Vega.

Uniendo iglesias

Es bien conocida la faceta de Luna Tobar, la de ayudar a quienes menos tenían y más lo necesitaban. Pero también hay otras caras menos conocidas que cruzaron fronteras.

Por ejemplo, recordó Felipe Adolf, pastor de la iglesia luterana, Luis Luna Tobar dio paso y apoyó un encuentro interreligioso que se realizaría en Cuenca en 1984. En aquella época, el ecumenismo no era un término que se aplicaba en Latinoamérica.

Aun así, Luna Tobar aportó para que los pensamientos distintos que tenía cada iglesia, cada religión, convergieran en un solo lugar, que sería Cuenca.

“Él infundía mucho respeto, y cuando le explicamos del encuentro, él dijo: lo hacemos, y cuando dijo lo hacemos este evento interreligioso, no pegamos un grito de alegría, lo contuvimos porque era muy importante”, recordó Felipe Adolf.

Conocer a Luna

Para quienes participaron en el simposio, este fue un ejercicio para acercarse a las distintas facetas que tuvo monseñor Luis Alberto Luna Tobar, para conocer a un personaje que marcó a docenas de personas a través de su filosofía.

“No había escuchado de la vida y del trabajo de Luis Luna. Pero ahora es interesante conocer un poco de él. Llama la atención este personaje que hizo distintas cosas en Cuenca”, opino César Moreno, quien asistió al simposio.

El encuentro sobre el pensamiento, la vida y la obra de monseñor Luis Alberto continuará hoy, a partir de las nueve de la mañana. En esa jornada, seis personajes, entre ellos monseñor Marcos Pérez, Enrique Ayala y César Montaño hablarán sobre la influencia de Luna en la academia. (I)