Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco canonizará el próximo 11 de febrero a la beata argentina María Antonia de Paz y Figueroa, conocida popularmente como Mama Antula, confirmó hoy la Santa Sede.
«Tras la habitual consulta al Colegio Cardenalicio, el Santo Padre Francisco ha decidido proceder con la canonización de la beata (…) conocida como Mama Antula», anunció el Vaticano en un comunicado.
Y agregó: «Su Santidad ha establecido que el rito de canonización tenga lugar el 11 de febrero de 2024, IV domingo y aniversario de la primera aparición de la Beata Virgen María en Lourdes».
Francisco ya había aprobado la subida a los altares de la beata argentina el pasado 24 de octubre pero hoy se anunció la fecha de su proclamación como nueva santa católica, que generalmente se celebra con un rito presidido por el papa en la plaza de San Pedro.
Mama Antula (1730-1799) fue una laica consagrada argentina que llevó a cabo una ardua labor espiritual y social en Argentina, fundando en 1795 en Buenos Aires la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, actualmente un monumento histórico del país.
En agosto de 2016 fue beatificada con una multitudinaria misa en la provincia norteña de Santiago del Estero, de donde era natural, después de que el Vaticano le atribuyera la supuesta curación en 1904 de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador desahuciada.
El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es ser declarado Venerable Siervo de Dios; la segunda, beato, y la tercera, santo.
Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce «haber vivido las virtudes de manera heroica».
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión, y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado «por intercesión» después de ser proclamado beato, como en este caso. EFE
El papa lamenta esta «Navidad del dolor» en Tierra Santa por la guerra
El papa Francisco lamentó hoy la «Navidad del dolor» que se vivirá este año en Tierra Santa por la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza y animó a «no dejar solos» a los habitantes de esta región palestina «herida» por el conflicto.
Francisco expresó su preocupación por «los hermanos y hermanas de la Belén de hoy» y por «todos los habitantes de la Tierra donde Jesús nació, vivió, murió y resucitó», es decir, Tierra Santa.
«Sabemos cuál es la situación, a causa de la guerra, consecuencia de un conflicto que dura desde hace décadas», dijo el pontífice al saludar en el Aula Pablo VI del Vaticano a los figurantes del Belén viviente de la basílica romana de Santa María La Mayor.
Francisco instó a los participantes del Nacimiento a «vivirla en solidaridad con estos hermanos y hermanas que sufren tanto» en aquella zona del mundo marcada por el conflicto.
«Para ellos se prevé una Navidad del dolor, de luto, sin peregrinos ni celebraciones. No queremos dejarlos solos. Estemos cerca de ellos con la oración, con la ayuda concreta y con vuestro Belén viviente, que recuerda a todos que el sufrimiento de Belén es una herida abierta para Oriente Medio y el mundo entero», dijo.
El papa Francisco, que mañana cumplirá 87 años, destacó que la basílica de Santa María La Mayor, donde ha ordenado que esté su tumba tras su muerte, «tiene un vínculo particular con Belén», la ciudad cisjordana donde nació Jesús de Nazaret.
El templo romano cuenta entre sus reliquias con la cuna de Cristo según la tradición y tiene también la representación del Portal esculpida por Arnolfo Di Cambio por orden del papa Nicolás IV en el siglo XIII, considerado el primero de la Historia del Arte.
Este año además se cumple el octavo centenario del primer Portal de Belén viviente, inventado en 1223 por san Francisco de Asís en la localidad de Greccio (centro), dando origen a esta tradición navideña. EFE