En el país, desde 1989 está vigente el IVA (Impuesto al Valor Agregado) como un impuesto a los consumos; por lo tanto, se grava al valor de la transferencia de dominio de bienes en todas sus etapas de comercialización. Este impuesto indirecto se recauda a través de tasas específicas y en el caso de Ecuador, actualmente el 12 %, a diferencia de algunos países de América Latina que no son únicas sino dependen de los productos, pero en promedio se sitúa en el 15 % entre los países sudamericanos (Git, et al., 2022).
El gobierno planea el aumento del IVA al 15 % para enfrentar el conflicto armado interno. Este propósito, dada la coyuntura actual, suena sensato y sensibilizaría a políticos y ciudadanos, por lo que es muy probable su aprobación y poner “fin” a esta guerra civil. Recordemos lo que ya nos pasó con la guerra militar que enfrentamos con el Perú en 1995, cuando el gobierno de la época pidió a la población contribuir con un impuesto a los propietarios de vehículos en base a una tasa diferenciada según el automotor sea de gama alta (sticker rojo), media (azul) y baja (amarillo). Pensar en el incremento del IVA no es una medida sectorizada, a diferencia de lo que hubiera ocurrido si el gobierno estuviera pensando en un impuesto a las ganancias extraordinarias de las IFI´s (debido al aumento de las tasas de interés), a las grandes empresas (por su condición de monopolios u oligopolios), un impuesto a las importaciones de ciertos bienes (sobre todo lo suntuarios), a la circulación de capitales u otro impuesto, que sin duda incomodaría a los empresarios de dichos sectores y de seguro generaría protestas y demoraría su aprobación contrario al objetivo (de fácil y rápida recaudación).
Ahora bien, los agentes económicos generalmente reaccionan adversamente a todo incremento en impuestos, especialmente cuando lo recaudado no se revierte en el mejoramiento del bienestar ciudadano; pero en la coyuntura actual, y tomando en consideración la información del año 2023, este impuesto es una carga para todos y es probable que algunos sectores contribuyan más si el producto es inelástico, el incremento en el precio por el impuesto no reduce significativamente las ventas, y estoy convencido que si el gobierno lo fija de manera temporal, la aceptación será casi total; y además, si lo recaudado es utilizado de manera transparente y eficiente, la credibilidad del gobierno será muy alta. (O)