Van de la mano y cualquier intento por poner en valor los sitios de interés recreacional, será infructuoso si antes no se dispone de un adecuado o al menos decente sistema vial, asunto que mejorará sustancialmente, creo, cuando germine como iniciativa local y con enfoque integral, esto es, entendiendo la carretera, no únicamente para el tránsito vehicular, sino también para los de a pie y para el ciclismo, asunto que parece olvidarse a la hora de la planificación vial.
Viene esta reflexión con motivo de los trabajos de mantenimiento que se están realizando en la vía Guangarcucho Jadán, una linda carretera asfaltada que también conduce al Bosque Protector Aguarongo, ruta que paulatinamente se estaba deteriorando por falta de limpieza de cunetas, retiro de material de derrumbes, ordenamiento de entradas a domicilios y conexiones viales secundarias que se hacen taponado cunetas e incluso invadiendo la calzada, que van, cada vez más, disminuyendo su luz con los consiguientes peligros. Y vemos también, con mucha sorpresa, que se está limpiando y lastrando las veredas que, sí han existido, aunque invadidas de vegetación, materiales de construcción, basureros, negocios informales, cerramientos y postes que los hacen invisibles no digamos transitables, y son un clamor en una ruta de dos carriles con un tráfico vehicular cada vez mayor, tanto público como privado, y volquetes transportando material pétreo puesto que pasa por una zona minera.
La carretera Guangarcucho Jadán es de importancia recreacional porque nos lleva, desde Jadán, al Centro de Interpretación del Bosque Protector Aguarongo; por la ruta del Pucara; por un circuito de miradores: Chocarsí, Llatcón, El Verde y el Aguarongo; por un circuito de comunidades: El Carmen de Jadán, Shidmad, Lalcote, Santa Ana, San Bartolomé, Quingeo, Cumbe, El Valle, muy apetecido para ciclo paseos y entrenamiento ciclístico, asunto que debe tomarse muy en cuenta, a la hora de la planificación vial. (O)