Los de la Revolución Ciudadana salieron aplaudidos por los opositores de la Asamblea Nacional (AN) porque el fracaso, al no tener apoyo de las demás bancadas para bendecir sus propuestas en aras de alcanzar la impunidad de Correa & Cía., y lograr que cualquier grupo de “amigos” meta las manos en los documentos de una indagación previa, reformando el COIP a su manera, cayeron al piso y causó una alegría descomunal en los demás bloques.
Ellos que han sido los promotores del descrédito en la AN firmaron su carta de defunción en esos afanes pírricos de pretender se revise la sentencia del jefe prófugo en Bélgica. Ya van ido recibiendo varios golpes certeros que la justicia les va asestando. Glas intentó desde la súper embajada de México en donde le tienen como mimado, ir por otro habeas corpus, y al no conseguirlo, se quedó en la mira de la captura.
Los clamores de los fundamentalistas ya no tienen oídos; es muy cierto, las artimañas pueden durar un tiempo, pero no toda la vida, la galopante pérdida de espacios es muy fuerte en la RC, desde cuando de la manera menos pensada Lenin Moreno, les dejó sin piso, ni techo, ni cobijas. Mucho de todo ese poder perseguidor a actores sociales y políticos, derrumbando a la honradez, y fomentando la división entre ecuatorianos, se va acercando a un final como de un toque mágico. Los desertores encabezados por Marcela Aguiñaga dibujan su propio libreto político, y muy pronto los fanáticos se quedarán en soletas. Se van sumando por centenares los decepcionados
Los aliados del PSC, que han sido los alcahuetes de las decisiones truchas, hoy están desorientados, ambiguos, temerosos. Bendijeron a que el “cálido” Cedeño se tome la Comisión de Justicia de la AN, y presente un proyecto para la discusión en el pleno, para luego hacerse los sorprendidos con el alcance final de sus propias decisiones. Es burdo que para soslayar los arrepentimientos se mande a las discusiones claves a los asambleístas alternos, como lo hicieron Taiano y Cerda. ¡Qué poca calidad y honradez de pensamiento!
Sostienen algunos asambleístas, que para eliminar en algo las quejas de los operadores de justicia se debe dotarles de las herramientas necesarias, pero también obligarles a ser sensatos con los tiempos procesales para imponer celeridad en las decisiones. Algunas propuestas de reformas al COIP son bien vistas por los conocedores en materia penal. A la correista Gissela Garzón, quien tuvo la cachaza de decir que el “correísmo les quita el sueño” refiriéndose a los colegas de la AN que no comparten con sus protervos propósitos, explicarle que el país espera vencer la intranquilidad que ellos fomentaron en los años negros, cuando todo era impune y descabellado. Kronfle tiene 60 días a que los asambleístas voten por una propuesta decente. (O)