¿Somos expertos en redes sociales? ¿Tenemos una cuenta en alguna de ellas? ¿Cuántas apps de redes sociales han sido descargadas en el móvil? Aquí va una pregunta más difícil de negar: ¿Ha abierto o dado click en un enlace que lo lleva a ver un video, foto, publicación, noticia, o cualquier otra información que se haya publicado en una red social? Ojo, buscar “inspiración” en Pinterest, cae en el grupo de red social.
Podemos hablar de arte visual a través de la tecnología, el uso de efectos que se pueden aplicar a una imagen, darle vida al árbol de la esquina de la fotografía, otorgar luz mística para emitir un mensaje subliminal en una pintura virtual, y claro, dar voz o narración a un video en el cual ya no hace falta tener directamente a la persona hablando. Ya no se leen los labios porque se generan subtítulos automáticamente. Y distintas “fallas” se corrigen con los filtros.
En esta oferta visual, mantiene un disfrute social de saber qué ocurre en nuestros grupos, pero también hay disfrute estético. Surgen emociones ante lo que vemos. Hay connotaciones reales e irreales que no sabemos diferenciar. Vidas magnificadas, anhelos equívocos deseando lo que “se ve bien.”
Así como el arte, que ha tenido etapas o ciclos de vida, parece que las redes sociales innovan tendencias sobre qué se publica. La explosiva necesidad saber qué hacen los demás, se transforma hacia apreciar qué exponen los demás. Acrecienta la opción de tomar fotos que sean aesthetic, y esto, ¿qué es?
Lo estético, como resulta ser su traducción literal, está en varios campos de estudio: arte, filosofía, medicina, moda, y recientemente, hasta define un estilo de vida. Parece ser que los jóvenes identifican bien quién o qué es aesthetic (confieso que aún no lo tengo claro). En principio, se trata de apreciar lo sencillo, evocando toques retro. Sin embargo, el verdadero sentido de estética es, que se aprecie la belleza y sea agradable a la vista, generando placer de contemplarlo.
De esta manera, está ocurriendo una nueva tendencia de “realidad estética,” dejando de lado lo irreal, lo que queremos aparentar al ofrecer, o lo que queremos ver como receptores virtuales, en una publicación. ¿Se estará dando paso a cerrar el ciclo de los filtros y poses para reconocer la belleza de lo simple y sincero? (O)