Tita Independiente, una marca de ropa cuencana que busca la inclusión

Se dice que de las propias experiencias vividas surgen las mejores ideas. Y un ejemplo de ese dicho es Tita Independiente, la primera marca de ropa cuencana que piensa en la inclusión de las personas con discapacidad para crear prendas de vestir.

Solo aquel o aquella que viste a una persona con algún tipo de discapacidad sabe lo complicado que puede llegar a ser esa acción. Solo aquella persona que tiene alguna limitación para hacer algo sabe lo frustrante que puede llegar a ser el acto de vestirse.

Esas experiencias fueron parte de la motivación de la fotógrafa Fabiola Cedillo y de la diseñadora de modas Gabriela Padrón para crear una línea de ropa que busca que sea útil para las personas con discapacidad.

Casacas flexibles para aquellos que usan prótesis, prendas que se ajustan a la necesidad física y camisetas que guardan mensajes educativos son parte de la primera colección que produjeron Fabiola y Gabriela.

La marca lleva el nombre de la hermana de Fabiola, Tita Cedillo, quien tiene el síndrome de Lennox-Gastaut, una encefalopatía epiléptica del desarrollo poco frecuente, grave y de inicio temprano.

Precisamente Tita fue la que motivó a que Fabiola pensara en un proyecto que en principio tenía como objetivo utilizar los dibujos que hacía su hermana en prendas de vestir. Pero el proyecto fue mucho más allá.

Un proyecto inclusivo

Fabiola y Gabriela empezaron a juntarse y a darle forma a la idea de plasmar los dibujos de Tita en las prendas de vestir. En eso, en el 2023, se presentó una convocatoria del Instituto de Fomento a la Creatividad y a la Innovación (IFCI).

El instituto entregaba fondos para una de sus categorías de moda y textil. La convocatoria impulsó todavía más al proyecto porque entre las bases estaba la inclusión de artesanos. Y fue allí que surgió una pregunta: y ¿si había artesanos con discapacidad que pudieran elaborar prendas de vestir de acuerdo a sus necesidades?

Entonces Fabiola y Gabriela comenzaron a buscar, y, sin embargo, fue difícil, porque no existe una base de datos de artesanos que tengan algún tipo de discapacidad. Aun así, la búsqueda continuó, y encontraron, por ejemplo, a dos artesanas no videntes que se dedicaban al tejido en Gualaceo.

Con lo que encontraron, el proyecto tomó mucha más forma y ganó la convocatoria del IFCI.

“A veces pensamos que no existen, que no hay artesanos con discapacidad. Y sí existen, que están trabajando. Pero es súper triste porque no hay una base de datos. Y nosotras encontramos a dos artesanas no videntes que nos ayudaron a crear algunas prendas”, dijo Gabriela a El Mercurio.

Tolerancia e inclusión

La primera colección de Tita Independiente se presentó ayer en el Museo de Arte Moderno no solo para comercializarla sino para escuchar recomendaciones, necesidades, y, sobre todo, entenderlas. Porque, para Fabiola Cedillo, falta entender a las personas con discapacidad y a sus cuidadoras que, casi siempre, son mujeres,

“Este proyecto es una excusa para poner sobre la mesa la discapacidad en cuanto a necesidades. Necesitamos inclusión, tolerancia. Yo considero que el cuidado no debe ser el tutor o el familiar. Hay que ir más allá. Hay que aceptar las conductas diferentes, las necesidades diferentes, porque nos toca echar una mano”, dijo Fabiola.

Con el proyecto, además de lo mencionado por Fabiola, asimismo se espera que las instituciones, que el propio estado, sepa, reconozca y promueva a los artesanos con discapacidad.

Porque, con lo visto y vivido a través del surgimiento de Tita Independiente, falta mucho por hacer para poder hablar de inclusión no solo en Cuenca, sino en todo el Ecuador. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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