“Para poder sostenernos como sociedad ecuatoriana en estos momentos de “crisis y guerra”, debemos exigir a la Asamblea Nacional y al conjunto de políticos elegidos por el pueblo, que fortalezcan los principios éticos propios de una necesidad colectiva que busca justicia, dignidad y sobre todo la verdad.” (Diario el Mercurio, “La inteligencia del alma”, Tania Duran, 19 de febrero del 2024).
Cuando la Justicia, se ve atrapada en los enredos de políticas individualistas y egocéntricas y nos confunde con un discurso más de marketing que de propuestas claras; es importante, como civiles rescatar lo ético y respaldar todo esfuerzo para frenar la impunidad.
Cualquier actividad o gestión llevada con ética, nos garantiza acciones con niveles altos de conciencia y asegura el apoyo de una población civil con capacidad moral para tomar decisiones efectivas.
Retomar el concepto de lo ético; como clave para lograr una verdadera transformación en la gobernanza de nuestro país, es básico.
Esto; nos permitirá, reflexionar sobre los problemas de la crisis actual y también impulsar las decisiones urgentes de equidad, justicia y transparencia.
Para conseguir un cambio apropiado; es necesario, manejar un lenguaje común que exprese el espíritu ético propio de una cultura.
En medio de las diferencias de pensamiento, lo mínimo que podemos hacer como ecuatorianos, es comprometernos a convivir respetando estas normas del “lenguaje universal” de los principios éticos.
Si la Asamblea Nacional, se muestra inútil para minimizar un conflicto y es incapaz de priorizar la integridad como principio básico para legislar; es urgente, que desde cada casa, barrio, comunidad, provincia si lo hagamos y que sea en clamor colectivo. (O)