La argentina Celeste Saulo, secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), subrayó a EFE este martes 19 de marzo de 2024 que todas las variables climáticas, empezando por la temperatura media global, están empeorando, lo que supone una «alerta roja» para las sociedades y economías globales.
«Todos los indicadores nos ponen en alerta roja en lo referente a la relación del clima con nuestros hábitos de consumo y producción de energía y de generación de gases de efecto invernadero«, señaló tras presentar el informe sobre el estado del clima de 2023, el año más cálido en los 174 de los que se tiene registro.
Junto a ese récord de temperatura (1,45 grados por encima de la media preindustrial, ya cerca de los 1,5 considerados límite en el Acuerdo de París) Saulo destacó los negativos datos de subida del nivel del mar, retroceso de los glaciares y del hielo polar, o la acidificación marina.
«Estábamos ya en alerta roja, pero es necesario remarcarlo una y mil veces, porque como sociedad global nos está costando reaccionar a los distintos niveles de responsabilidad que cada uno de nosotros tiene», aseguró, haciendo un llamamiento a medios de comunicación y líderes globales a transmitir ese mensaje.
Los récords climáticos también se notaron en 2023 en Latinoamérica, subrayó la primera representante del hemisferio occidental en dirigir la OMM, quien recordó especialmente los efectos que tuvo en la región el fenómeno de El Niño, ligado habitualmente a temperaturas más altas y que se espera finalice a mediados de 2024.
«En el centro de Latinoamérica tendió más bien a generar lluvias por debajo de lo normal, mientras que en el área entre Brasil, Argentina y Uruguay las precipitaciones fueron por encima de la media. Lo importante es ver cómo influye en cada país y en función de ello prepararse, desarrollar una estrategia de agricultura o de ganadería diferente, dada la dependencia del sector primario en nuestros países», subrayó.
Saulo enfatizó en la presentación del informe los efectos no sólo económicos y naturales que produce el calentamiento global, sino también los sociales, siendo un factor para el aumento de los conflictos, los desplazamientos o las inseguridad alimentaria.
«La inequidad aumenta a nivel global, ello se suma al cambio climático y aumenta la vulnerabilidad de los más desfavorecidos en la situación económica mundial», subrayó, poniendo como ejemplo los millones de personas que en el Cuerno de África dejaron sus hogares después de tres años consecutivos de sequías recientes.
Los récords climáticos que constatan informes como el presentado por la OMM «no son simplemente números llamativos en un gráfico, son gente que muere, que se desplaza, que se queda sin hogar o sin trabajo, y que se aleja de su familia», afirmó.
En un espacio para la esperanza, Saulo y el informe destacaron este martes un aumento notable de la inversión en energías renovables (con un 50 % más de producción agregada en 2023 que en 2022), mientras se duplicó en dos años la financiación relacionada con el clima hasta los 1,3 billones de dólares.
La mayor inversión en energías alternativas «aún no tiene efectos claros sobre la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, pero la realidad es que la matriz energética está cambiando, algo que los países desarrollados están haciendo de forma más acelerada, lo cual es una excelente noticia».
«Tal vez no sea suficiente, quizá hay que acelerarlo aún más, porque la realidad es que el consumo energético también está aumentando. Pero la transición a la neutralidad de carbono es imperativa», concluyó. EFE