La Josefina, una tragedia que transformó la geografía del lugar

El lunes 29 de marzo de 1993 se registró el desastre de La Josefina en el cantón Paute, un desastre que transformó la geografía de este lugar de la provincia del Azuay.

Se vivieron 33 días de crisis, pero el dolor por las pérdidas se mantiene, entre algunos habitantes que recuerdan la tragedia.

Sergio Tapia tenía su vivienda en El Descanso cuando ocurrió la catástrofe. “Tuvimos que salir corriendo porque no nos dio tiempo a nada”, contó el hombre septuagenario.

Un sobrino y un hijo de su primo fueron declarados como desaparecidos.

“Ya no pudimos buscarlos. Lo único que supimos fue que el deslizamiento les cogió cuando estaban pasando en una tarabita que antes había allí”, recordó.

Los reportes señalan que la tragedia dejó entre 100 y 150 muertos y desaparecidos; y cerca de 7.000 damnificados. Sin embargo, nunca se tuvo una cifra exacta sobre el número de víctimas.

¿Qué ocasionó el desastre de La Josefina?

Las causas de la tragedia se atribuyen a dos motivos. La explotación ilegal de ripio y piedra en el cerro Tamuga y las constantes lluvias de la época, que llegaron a un promedio de 169 % de precipitaciones en febrero de 1993 y 208 % en marzo de ese año.

Según estudios geológicos de expertos nacionales y extranjeros, las bases del Tamuga estaban debilitadas por la antitécnica extracción de materiales y las precipitaciones fueron el desencadenante.

Este desastre se registró en dos momentos

29 de marzo de 1993

Unos 30 millones de metros cúbicos de tierra del cerro Tamuga se desprendieron y taponaron los ríos Cuenca y Paute.

El deslizamiento de tierra y de material pétreo, formó un dique que provocó un embalse de agua en una extensión de unos seis kilómetros.

En cuestión de minutos el fértil y atractivo valle quedó bajo el agua. Desaparecieron viviendas, cultivos, puentes, sistemas de riego y la central termoeléctrica del Descanso. Se cortaron las principales vías de comunicación, la carretera Panamericana y la línea férrea.

Se acumularon cerca de 200 millones de metros cúbicos de agua en el gigantesco lago.

Algunos habitantes se refugiaron en la parte alta del cantón, donde el Ejército levantó un campamento.

“Los primeros días fueron eternos y dolorosos. Nos fuimos a vivir en carpas y todo quedó en la casa”, contó Carlos Laime, habitante de Paute.

La vivienda de María Tigre, de 58 años, estaba ubicada en cerca del cerro Tamuga, junto a la hacienda Tomebamba en 1993.

Ella indica que mantiene intacto el recuerdo de lo que ocurrió el 29 de marzo de 1993.

Amaneció todo lleno de agua, todo fue tan rápido. Se perdieron las casas, los animales, los caminos, los terrenos. Todo era como una laguna gigante y crecía y crecía tan rápido”, relató.

Aunque ahora vive en la loma de Zhizhio, en la parte alta de Jadán en Gualaceo, recuerda a La Josefina como una herida que no sana.

Cobertura

La magnitud de la tragedia captó una amplia cobertura de la prensa. Entre ellos, Patricio Saquicela, entonces fotógrafo de El Mercurio.

Entre sus registros, señala que el día anterior al deslave unos pobladores advertían de la acumulación de agua en el sector de El Descanso, pero la alerta no tuvo eco.

El primer día de cobertura recuerda que fueron en una lancha de goma, proporcionada por el Ejército.

“Con chalecos reflectivos que se usan en las construcciones fuimos hasta La Josefina. Cuando regresábamos el agua estaba bajando, empezamos a ver la Central Termoeléctrica y los postes de luz debajo de nosotros. Si por algo se pinchaba la lancha de goma, nos ahogábamos”, es su testimonio.

Así se observó en 1993 el represamiento del río Paute debido al deslizamiento del cerro Tamuga. XCA

1 de mayo de 1993

Como consecuencia del taponamiento de los ríos Cuenca y Jadán, el 1 de mayo se dio el desfogue de las aguas de aquellos caudales, arrasando de forma violenta con lo que tenía a su paso, cuando las aguas regresaron al cauce original.

Los técnicos que acudieron al lugar expresaron que hubo caudales que superaron los 600 metros cúbicos de agua por segundo.

“Fue impresionante, parecía el río Guayas”, dijo José López, habitante de Paute que fue testigo de ese acontecimiento.

En el año 2012, se declaró a la zona de La Josefina como área de emergencia. Iniciaron actividades para asegurar el lugar y evitar nuevos desastres.

Esto se hizo a través del Comité de Cogestión, con entidades como la Gobernación, la entonces Secretaría Nacional del Agua, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, el Ministerio del Ambiente, la Subsecretaría de Minas y la Agencia de Regulación y Control Minero, en el marco del proyecto ‘Plan de Manejo de la Zona Especial de La Josefina’. (I)

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Patricia Naula Herembás

Licenciada en Comunicación Social con experiencia en medios tradicionales y digitales. Hace coberturas y en redacción de temáticas de emprendimiento, empresarial, sociedad e interculturalidad.

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