¿Cuánto puede repercutir el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Ecuador y México a los miles de ecuatorianos cuyo destino es llegar a los Estados Unidos de Norteamérica, pero no tienen los documentos en regla?
Difícil coyuntura la de esos emigrantes, en tanto la Cancillería tendrá puestos sus ojos en cómo enfrentar las demandas internacionales interpuestas por México a raíz de la irrupción policial en su embajada.
Quienes arriban a ese país pasan por una serie de penurias y peligros propinados por bandas delictivas cuyo modus operandi es la extorsión, el secuestro y hasta el asesinato.
Bien lo advierte la organización 1-800 Migrante: nuestros migrantes necesitan de salvoconductos de las autoridades mexicanas para transitar por su país.
Además requieren visas humanitarias, tramitar casos de tráfico de personas, a más del socorro si ocurren desgracias como las citadas.
Hay cientos de miles de ecuatorianos “deambulando” a lo largo de la frontera en pos de su objetivo.
La Cancillería debe explicar los mecanismos sobre cómo enfrentará este problema migratorio irregular originado tras la controversia diplomática con México.
Lo peor sería dejarlos a su suerte; a merced de los peligros o a la buena intención de sus pares mexicanos.
La nueva ola migratoria irregular de ecuatorianos hacia los Estados Unidos, a más de las razones ya conocidas ampliamente, radica en la posibilidad de alcanzar el Estatus de Protección Temporal (TPS).
El acceso a este programa lo debe aprobar el gobierno americano en consideración a la declaratoria de emergencia a causa del crimen organizado en Ecuador.
Se trata de un permiso migratorio con el cual los migrantes ecuatorianos “sin papeles” gozarán de muchos beneficios.
Aún no está aprobado. Pero ya asoman las estafas a través de falsas asesorías, cuyo gancho sería ofrecer una precalificación, cuando no es dable. Lo advierte la embajada americana en el Ecuador.