Los diferentes medios de comunicación del Ecuador se esfuerzan por cubrir, desde los Estados Unidos, el proceso en contra de Carlos Pólit, excontralor general del Estado durante la década gobernada por el entonces presidente Rafael Correa, quien lo calificaba con un cien sobre cien.
El Departamento de Justicia del país norteamericano, durante la semana anterior, en su condición de acusador presentó ante los miembros del jurado y la jueza Kathleen M. Williams a sus catorce testigos.
Comparecieron, entre otros, el expresidente de Seguros Sucre, Juan Ribas, el empresario Diego Sánchez y José Conceição dos Santos, este último el operador de la empresa Odebrecht para coimar a altos funcionarios del gobierno de aquel entonces, como a Pólít, al ex Superintendente de Bancos y Seguros, Pedro Solines, hoy alcalde de Milagro por el correato.
En el Ecuador, como parte del caso Odebrecht, fueron sentenciados Pólit y Jorge Glas; pero el excontralor logró antes irse del país pensando librarse.
Según declaraciones de los testigos, respaldadas con grabaciones, todo giraba en torno la entrega de dinero para pagar favores, intermediaciones a fin de conseguir contratos, como los de seguros (uno de ellos para el Coca Codo Sinclair) y reaseguros, “licuar” informes de auditorías con el fin de desaparecer irregularidades de fondo, en suma, un verdadero modus operandi de la corrupción, paradójicamente en la Contraloría, la entidad encargada de vigilar el uso correcto de los fondos públicos.
Los detalles de cómo fraguaban los encuentros en el Ecuador y en los Estados Unidos, las formas sobre cómo ayudaron al excontralor a lavar el dinero mal habido con la intermediación de su hijo, constan en las declaraciones.
Por esa razón, la justicia norteamericana le puso el ojo; pues el presunto delito lo cometió en su territorio. El pasado viernes, Pólit se acogió al derecho al silencio, en tanto Solines negó todo; nada conoce.
El Ecuador honesto está pendiente de la resolución del jurado americano.