La conmoción que vivía el país por la narcopolítica, la delincuencia organizada y el crimen corriente, se ha extendido fuera de las lindes patrias. El Ecuador que hasta hace poco siquiera era conocido en otros mundos y solo mencionado por las ejecutorias de Pérez, Carapaz, Dajomes, la Tri…, ahora va asentando su popularidad porun nuevo alboroto: la irrupción a la embajada mexicana en Quito para sacar a un delincuente confeso, convicto y confuso, quien estaba a punto de despegar a México para festejar con otros de su laya el cumpleaños del líder condenado.
Esto ha dado pábulo para los más antojadizos comentariosde gente inescrupulosa interesada en desacreditar a las autoridades y defender a los delincuentes o a la inversa, importándoles un rábano la suerte de la Patria. Pero ha dado la oportunidad de cerciorarse sobre los Convenios de Viena concerniente a las relaciones diplomáticas y a la Convención de Caracas de referente al asilo político y diplomático, que merecen ser analizados con conocimiento de causa y profundidad, sin tomar un artículo o una frase sueltos para la burda apostilla.
Abono el tema recogiendo del cerco de Isaiah Berlin, cuyo pensamiento sirve para hilvanar el asunto cuando decíaque los más nobles ideales que animan a los hombres y a las naciones son la justicia, libertad, igualdad y convivencia, los cuales son irreconciliables entre sí, y por tanto el triunfo absoluto de uno, por ejemplo, de la justicia, conlleva o puede arrastrar a la absoluta derrota del otro, digamos la convivencia.
A los cuatro valores expuesto y con perdón del filósofo,historiador y politólogo letón adicionaría el de la dignidad, individual y colectiva, que consiste en no ser avasalladopor la largueza de otros, ya que es el respeto supremo que una persona tiene de sí misma y de su Patria; de ahí que unpaís que pretenda agradar a todos los demás, merece ser depreciada de todos. Si los cuatro principios son irreconciliables, sí pueden comulgar con la dignidad.
El presidente ha dicho: “La dignidad y la justicia vienen antes que cualquier cosa. Ese narcoterrorismo que ha querido agrietar a nuestra sociedad, ha querido romperla, dividirla, por eso contaminó la justicia y a algunos políticos, políticos delincuentes…”.
Este hecho, sin precedentes en el mundo diplomático, hará que se revean estos convenios desactualizados, a fin de que no se conviertan en Las Rocas donde se refugien forajidos a socaire de líderes de la narcopolítica internacional. (O)