Los partidos políticos que, en un sistema democrático representativo, son los actores
fundamentales de la vida política de una sociedad, pueden ser clasificados de diversas
formas y con base a diferentes criterios. Uno de estos criterios, y que usualmente
suele asomar como el más importante, es la ideología política que profesan.
La ideología política, de manera clara y simple, puede definirse como un conjunto
coherente de ideas sobre los objetivos, las políticas y actuaciones que se buscan
realizar desde el poder del Estado, sobre las relaciones entre sociedad y Estado, y
sobre los valores que debe guiar la práctica política
Tomando en consideración este aspecto ideológico-político de los partidos, es posible
establecer una clasificación de los partidos en: conservadores, reformistas y
revolucionarios.
a) Los partidos CONSERVADORES son aquellos que plantean mantener los elementos
esenciales del orden social vigente, esto es, conservar la estructura social tal cual está.
b) Los partidos REFORMISTAS, son aquellos que proponen hacer ciertas modificaciones
en el orden social vigente, sin afectar empero su esencia.
c) Los partidos REVOLUCIONARIOS, en cambio, lo que buscan es transformar los
elementos esenciales del orden social vigente, es decir, cambiar la estructura social.
Usualmente al primer tipo de partidos suele denominarse con el término “derecha”, al
segundo tipo con la expresión “centro” y al tercero con el término “izquierda”;
pudiendo también darse combinaciones y matices entre estas tendencias, dando lugar
a expresiones como “centro-derecha”, “centro-izquierda”, “extrema derecha” y
“extrema izquierda”.
En el caso de la sociedad ecuatoriana actualmente, por ejemplo, podríamos ubicar
como partidos de derecha al Social Cristiano, ADN (hoy en el poder) y Construye; como
partidos de centroderecha a Sociedad Patriótica y la ID; como partidos de centro a la
Revolución Ciudadana y al Partido Socialista; como partidos de centroizquierda a
Pachakutik y Unidad Popular; denotándose la ausencia de partidos que sean
propiamente de izquierda o revolucionarios; no existiendo, tampoco, partidos que
asumirían una posición ideológico-política de extrema izquierda (“ultra
revolucionarios”) y de extrema derecha (“ultra conservadores”). (O)