Erase un martes, 24 de junio de 1958, cuando tuvo lugar un inusual hecho, que marcó en la historia de la religiosidad de la gente que vivía en aquella época. Servía en la Ciudad de Cañar, el sacerdote P. Manuel Andrade Ochoa. En aquel día, el cura citado, luego de una misa, exhibe la sagrada forma en una custodia, haciendo uso del altar de una pequeña capilla en San Antonio y construida en 1934. Horas más tarde llegan varios fieles al convento, con la noticia de haber visto algo especial, extraño y supremamente emotivo, como la Santa Faz, Corazón de Jesús y un Crucifijo. La prudencia del sacerdote hace que no reaccione con celeridad, más bien con estabilidad emocional. La gente era bulliciosa, exaltada, otros se mostraban incrédulos. El cura al retirar unas flores observa la imagen del corazón de Jesús en la hostia, ello produce un impacto en su sensibilidad. Más tarde al dirigirse al pueblo del Cañar, cita: “el Señor se ha aparecido, oremos por el Papa, la Iglesia, por el Pueblo. Desde Cuenca fueron muchos los ciudadanos para constatar la noticia, mientras la gente de Cañar se mantuvo en vigilia durante los 6 subsiguientes días.
El hecho tuvo lugar entre fe, escepticismo, lágrimas, rezos y un reguero de la noticia por los cuatro puntos cardinales, lo cual motivó que innúmeros ciudadanos llegarán al escenario. Hubo misa campal, entrevistas radiales a testigos, etc. Se nombró un tribunal a que estudie la veracidad del acontecimiento que lo había conocido el arzobispo de Cuenca, Dr. Manuel de Jesús Serrano A. Luego de un largo proceso investigativo, se decretó “que puede tenerse por históricamente cierto y no explicable por causas ordinarias y natural el hecho aseverado, a saber: que el día 24 de junio de 1958 y días subsiguientes, estando el Santísimo Sacramento públicamente expuesto a la adoración de los fieles, en la Capilla de San Antonio, primero y después en el templo parroquial de Cañar, se dignó el Señor hacer sensible su presencia a numerosas personas”. Todo esto y más, se narra en el libro Colección de oro del milagro eucarístico de Cañar”, cuyo autor es el Dr. Luis Guillermo Rodríguez T. (O)