Cristian Ordóñez tiene una historia llena de glorias y de momentos triunfantes en el tradicional Mundialito de los Pobres. Tras jugar con la pelota chica por cerca de 17 años, este 2024 tendrá su última participación en el certamen interbarrial.
Su talento lo paseó por una decena de equipos, y en este año Medio Ejido será su fin.
El indorista tiene 37 años. Debutó a los 21 con Cristo Rey. Su habilidad y forma de juego, le hicieron que llene la retina de los aficionados a este deporte reconocido en la ciudad.
Tuvo un inicio soñado en el Mundialito. En su primera participación, vistió los colores del elenco santo, llegando hasta la final en 2009.
En aquel año jugó ante Los Arupos el partido por el título, pero el resultado no le acompañó. Él sabía que habría una revancha.
“Uno siempre quiere ganar. Soy muy competitivo, pero siempre estoy seguro con los tiempos. Si a veces no se da, hay en otras ocasiones que se puede disfrutar. He conversado con mi familia y siento que hay que dar un paso al costado”, comentó el ‘Tocho’, como le conocen en el deporte.
Su pasión por ser el mejor le llevó por otros colores y por otro barrio. En el 2011 forma parte de la plantilla de El Chorro y en aquella temporada levanta el título de campeón. Además el equipo se convierte en tricampeón.
Compartió plantel con reconocidos jugadores como: Jorge ‘Camión’ Correa, Carlos Simisterra, Pedro Calle, entre otros.
Sin embargo, el destino le tenía preparado algo más a Ordóñez. A temporada seguida juega con El Chorro y nuevamente su aporte fue positivo, ya que da una nueva vuelta olímpica, inscribiendo al barrio en el grupo selecto de los tetracampeones.
“Hicimos un gran equipo y fuimos parte de la historia de este tradicional barrio. Las cosas salieron y de a poco se concretaban las alegrías”.
Hombre de finales
Tras su paso importante por El Chorro, Ordóñez decidió que era momento de defender los colores del barrio que lo vio nacer, Ciudadela del Joyero. Llega a este cuadro en el 2014 y también disputa una final, sin embargo, la suerte no estuvo de su lado y cae ante El Vecino.
La revancha estaba lista. Un año después, los mismos elencos se vuelven a encontrar en el cotejo decisivo. Ese año es considerado por el ‘Tocho’ como uno de sus mejores, ya que, a más de sumar otro título a su palmarés, también fue elegido como el mejor jugador del torneo.
“No me olvido ese año. Siento que fue uno de los mejores. En aquella temporada, las cosas se dieron y siempre lo tengo en la mente. Quedé campeón con mi barrio”.
Otra de las finales recordadas por Ordóñez, es la del 2018, en esta oportunidad actuando con el cuadro de El Vecino. No obstante, en esa edición, empezaba la hegemonía de Simón Bolívar, que alcanzó el primer lugar.
Tras ese traspié, el enganche o el tradicional “10”, emigró de barrio en barrio. También se colocó las camisetas de Todos Santos, Tres Tiendas, Centenario, Carlos Tosi y Perezpata. Con este último elenco jugó los siete partidos, ubicándose en el tercer lugar en la edición del 2017.
“Es algo bonito, creo que no muchos tienen la oportunidad de hacer historias. Siempre es un lujo representar a los barrios y dar lo mejor. Mi paso por el Mundialito será recordado”.
Entre varias amistades que le ha dejado el indor, destaca su juego con el reconocido Pedro Calle, a quien lo llama ‘mi mosita’. Desde sus inicios con Cristo Rey, siempre compartieron equipo.
“Por cuestiones de la vida, él viajó a Estados Unidos. Era mi complemento en la cancha (sonríe).
Sobre su última participación en el Mundialito de los Pobres, destacó la unión y la forma en la que se maneja su nuevo equipo: Medio Ejido.
Anhela tener minutos en la duela del coliseo Jefferson Pérez, quiere dedicar los últimos partidos a su familia que está conformada por su esposa Gabriela Bravo y sus hijas María Paz y María Emilia.
“Cuando hay tiempo tengo la afición de jugar al ecuavoley, tengo un nivel medio, juego de colocador. Este 2024 será especial”, añadió.