A propósito de la visita la semana pasada de los ministros de economía y obras públicas, el foco de conversación fue el tema vialidad, y muchos comunicadores consideraron que lo anunciado eran solo palabras vacías. Los proyectos de infraestructura social, que forman parte de la inversión pública, requieren la misma rigurosidad en su elaboración y evaluación que los proyectos de inversión privada. Son varios los estudios (mercado, tamaño, localización, ingeniería, etc.) que integran un proyecto de inversión, y la diferencia entre ellos es justamente la evaluación; aquellos, los proyectos públicos, requieren la evaluación económica y los otros la evaluación financiera.
En el caso de las vías del Azuay, a pesar de haber tenido ministros locales, no se ha logrado el bienestar social que estos proyectos de inversión pública deberían proporcionar. La reciente visita puso de manifiesto la preocupación por la situación financiera del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), ya que no está generando flujo de caja para hacer frente a todos sus compromisos, entonces es impostergable dar solución al problema de las vías (sobre todo la Girón-Pasaje) mediante la concesión vial. Este enfoque implica comunicar de manera transparente y técnica a la sociedad (usuarios), el mecanismo y las características principales del proyecto: plazo (incluye construcción y explotación), características técnicas básicas, inversión inicial y la información sobre el financiamiento. Esta y otra información será parte del plan de negocio cuyo estudio central será la estimación de los flujos de caja libre asociados al proyecto, la evolución prevista de la deuda y revisar los retornos (TIR) económicos del proyecto y de los inversionistas, se pueden construir en al menos tres escenarios, los que con una discusión técnica y política darle la viabilidad, sin entrar en populismos, ni conflictos de intereses.
Cuando un proyecto de inversión es económicamente viable (rentable), encontrar inversionistas (locales o extranjeros) no será difícil, pues la evidencia demuestra que las obras públicas con fama de contratos amarrados (implícitamente negociando las coimas) no prosperan, pero cuando prima la honradez, la ética y la honorabilidad de los actores-participantes, la concesión vial se presenta como la solución ideal para que el Azuay logre la conectividad, el progreso económico y el bienestar social. (O)